Nunca más
Dra. Sadie Morgan
Un video aparentemente tomado en México me destruye el alma. Una niña de 3 años con solo su calzoncito puesto, llora y se queja de dolor pues su madre le aplasta la cabeza con su pie. No contenta con esto, se para encima del tórax y la pelvis de la niña, quien casi sin aliento simplemente dice “mi pechito”. Acto seguido la mujer la pone boca abajo con su pie, se le sienta en la cabeza y comienza a bailar. La respuesta de la niña: “MAMI”. ¿Cómo no perturbarse ante semejante crueldad? ¿Cómo no cuestionarse el valor de un ser que es capaz de infringir tal sufrimiento a su propia carne?
Luego de horas de llanto, parece que la paz me quiere alcanzar, solo para leer que una pareja fue condenada por matar a golpes a su bebé de cuatro meses. ¡Cuatro meses! Fractura de cráneo, de costillas, golpes, tortura… y de nuevo viene la más profunda desmoralización. ¿Esto pasa en mi Costa Rica? ¡No! ¡Jamás! Ya tendríamos sendos proyectos legislativos, marchas y compromisos presidenciales (de esos que sí hay que cumplir) garantizando que toda la sociedad se levante hasta que no muera un niño agredido más.
Entonces reviso la internet, el Facebook, Twitter, Instagram, la página de Casa Presidencial, el PANI, ¡¡¡¡alguien!!!! ¡Y no encuentro nada! ¡No hay un #TodosSomosEsteAngel, no hay cientos de réplicas, nadie sabe su nombre, nadie habla del “bebecidio”, más allá de unos cuantos comentarios en los pocos posts que se hicieron al respecto!
Es aquí cuando confieso, le pido a mi cuñada que me permita hablar con mi sobrinita de 3 años que está en México. Necesito que esta angelita sane mi corazón con sus risas, su ternura, su bondad, sus ocurrencias… Necesito saber que hay muchos pequeños que duermen en los brazos de una madre amorosa y que descansan en el pecho de un padre que los ama sin límites. Lo necesito porque no quiero solo escribir un artículo de opinión y pensar que con eso ya hice algo. Lo necesito para levantar la voz y exigirle a toda una sociedad, un gobierno, unos padres, tíos, hermanos, médicos, psicólogos, trabajadores sociales, verduleros… a usted, a mí y a quien sea: ¡¡¡Nunca más!!!
Nunca más leer una noticia de un bebé torturado y seguir como si nada hubiera pasado, nunca más hacerse de la vista gorda ante la inoperancia de una institución, de un gobierno, nunca más mirar hacia el otro lado, nunca más…
Señor presidente de la República, señores ministros, diputados, funcionarios del PANI y todos los demás, por favor, por favor recuperemos el valor de la vida, de la dignidad humana, de la familia, del amor… invirtamos en los más vulnerables que son todos aquellos seres humanos que no se pueden defender, que no tienen voz. Que la historia nos recuerde, no como el que hizo las mejores obras perecederas sino como los que se desgastaron para que nunca más tengamos que escuchar: “mi pechito”.
