Soy una mujer separada de 37 años. Me separé hace dos años, porque, aunque nos queríamos mucho, por todo peleábamos y llegó el momento en que ambos nos gritábamos casi a diario y un día los dos nos golpeamos y nos tiramos cosas. Desde la separación, casi no he tenido relaciones sexuales. Mi expareja siempre ha querido que volvamos, pero yo lo mantengo siempre a distancia, aunque añoro tener relaciones con él.
Esta es una situación cada vez más común en nuestra sociedad, en la cual la violencia ha infiltrado las relaciones interpersonales a todo nivel. Desde luego siempre resulta doloroso ver parejas que se quieren pero que la madurez no les alcanza para una vida en común. En esos casos, se sufre mucho cuando sucede la separación, porque el cariño persiste y hasta se acrecienta con el distanciamiento, pero de manera razonable, se sabe que una reconciliación puede ser peligrosa cuando ya se ha pasado la raya y ha sucedió la violencia.
Bajo esas circunstancias, es poco probable que ambos sean capaces de tener relaciones sexuales y nada más. Son pocos los que podrían limitarse a un simple y escueto acercamiento sexual y mucho menos a encuentros íntimos periódicos. Lo más probable es que se desborde el cariño, se avive el deseo de estar juntos y hasta se piense en una reconciliación intempestiva.
Por eso debemos recordar que las parejas que han vivido violencia verbal, psicológica o física y que todavía se profesan un profundo cariño no deben volver hasta que hayan sido asesoradas por un especialista de parejas y llevado un proceso para aprender a controlar y superar la violencia. Debe ser el terapeuta el que señale el momento en que ya estén listo para vivir juntos.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernandez/ Un mundo sexual
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Miércoles 13 Noviembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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