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Opinión

¡Este país ha sido vilmente entregado!

Prof. Julio Vindas Rodríguez*

Desde que Óscar Arias, con la farsante parsimonia que siempre le ha caracterizado, engañó al pueblo costarricense prometiendo un porvenir de “repunte económico” y “prosperidad” con la aprobación del TLC y que hoy, años después, comprobamos y sufrimos en carne propia sus irreversibles y perversas consecuencias, con la proliferación de la pobreza, el desempleo, la inseguridad y una insondable brecha de desigualdad y acumulación de la riqueza en manos de unos pocos, como no se veía en nuestro país desde hacía muchas décadas.

Desde que el “ cuestionable premio nobel” entregó en bandeja de plata nuestro amado país al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, ahí fue donde comenzaron las verdaderas penurias, las vejaciones y las calamidades para este pueblo bueno, ¡pero ingenuo!, que hoy ve impotente cómo cada vez más aceleradamente los políticos de turno le van cercenando las libertades, limitando la libre expresión y cerrando las puertas al desarrollo, porque en el fondo lo que pretenden es arrinconarlo en la indefensión y la miseria, sin ninguna posibilidad y sin ningún derecho a resistirse, a quejarse, a cuestionar, en fin, ¡a protestar!

Actualmente somos testigos de cómo, y hasta qué punto, el infame legado que nos dejó Óscar Arias se arraiga y se cimienta cada vez más fortalecido en nuestro andamiaje constitucional. Hoy observamos con estupor cómo nuestra “gallinita de los huevos de oro”, nuestro Banco Central de Costa Rica, ha sido tomado por el Fondo Monetario Internacional, encarnado en la figura de Rodrigo Cubero (sacado de las entrañas del Fondo Monetario), y más recientemente hasta el mismísimo Ministerio de Hacienda (el ministerio más delicado y clave para la economía del país), ha caído en manos del Banco Mundial, con el arribo de Rodrigo Chávez Robles, venido directamente del Banco Mundial, y que ostenta como el nuevo Ministro de Hacienda; y ahora también y como flor en el ojal, nos quieren meter de cabeza y a la fuerza en la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos); como su nombre lo dice, es la alianza entre varios países para lograr y fortalecer la “bonanza económica” y la “prosperidad”, ¡pero no para el pueblo enajenado y pobre!, sino para los tagarotes empresarios dueños del capital, y para las transnacionales de siempre… ¡que Dios nos agarre confesaos!

Supongo que razones de más tendrá Óscar Arias para sentirse “¡inmensamente feliz!” y “¡profundamente realizado!”; al confirmar cómo por fin se concreta su “macabro liderazgo”, en favor del TLC y del inmisericorde neoliberalismo, del que es y siempre ha sido, indefectiblemente y por antonomasia, el más “ensañado y oscuro” mesías.

Y es que ya “no hay cara en qué persignarse”, y para muestra un botón: En el PAC, que no ha venido a ser más que la expresión al cuadrado de la depredación del bipartidismo tradicional; pero de todos, las figuras más “emblemáticas” del PAC, y hoy desvergonzadamente desenmascaradas, además de Luis Guillermo Solís, hoy muerto de risa con su ética de pacotilla y sus “agujeros negros” de nada más y nada menos que ¢800.000.000.000 (¡ochocientos mil millones de colones!, desaparecidos en las cuentas de estos “garantes de la ética”) y sus compinches; pero por sobre todo está el “adalid”, ¡el fundador!, el ¡elegido de dios”, el “garante de los garantes”, el defensor a ultranza de la moral y la ética, “el inquebrantable”, “el insobornable”.

Sí, sí, ya lo adivinaron: ¡Ottón Solís!, que apenas pudo, después de estafar al Estado, al Tribunal Supremo de Elecciones, y lo que es peor: ¡traicionar la confianza de todos los costarricenses que creyeron en él!, salió corriendo, emigró a mejores paraísos (fiscales), fue a esconderse como representante de Costa Rica en el BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica), uno de los organismos más asquerosamente multimillonarios, que prestan plata a los gobiernos de turno, por lo general para que sigan la fiesta de saqueos y robos, y dejar más endeudado al pueblo; esos “organismos-garroteras” que a la hora de cobrar ¡no perdonan ni un ápice”, y hasta amenazan ante el mínimo atraso en el pago de monstruosos intereses, y que son los que siempre estarán como ineludible prioridad en las raquíticas economías de los países pobres, por eso es que con sanguijuelas así, ¿cómo se va a reactivar ninguna economía?; aquí sí que “viene al pelo” aquella famosa frase del gran Groucho Marx: “si no te gustan mis principios… ¡tengo otros!”.

Personalmente, ya no creo ni espero mucho de la “Justicia Divina”; en todo caso; ¡ya pa’ qué! Si existe alguna justicia, debe ¡exigirse! en este mundo, ¡y no en otro!; y cada quien tendrá que descubrir en su propio corazón la forma más sincera y acertada de hacerle justicia a nuestro amado y “manoseado” país; eso sí; teniendo presente que primero solo hay un requisito ineludible y un sagrado deber para tan honrosa tarea… dejar de ser, ¡pero ya!, y de una vez por todas, pusilánimes ¡siervos menguados!

 

*Poeta y músico

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Sábado 09 Noviembre, 2019

HORA: 12:00 AM

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