América Latina: ¡Estaticemos todo!
Sebastián Trejos / ANFE
En los últimos meses, América Latina ha sido el foco de protestas por diversos motivos, pero mucho de esto se debe a que gran parte de los países de América Latina se encuentran asfixiados por las deudas públicas y el lento crecimiento, pues se proyecta que para 2018 fue de 1,4%. Es por eso que se han tenido que hacer recortes en los presupuestos y la eliminación de subsidios.
Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional mantiene cerrada una de las principales vías para el ingreso a la provincia de Heredia, ellos se manifiestan contra el recorte al Fondo Especial de Educación Superior (FEES) y porque el Ministerio de Hacienda redireccionó al principio 70 mil millones para el gasto de capital, para evitar que todo se lo consumieran en gasto corriente, o sea salarios más que todo.
En Chile, también estudiantes, mayoritariamente, se manifiestan contra el alza en los servicios públicos como el metro, lo irónico es que protestan destruyendo los trenes y andenes, ya con pérdidas por más de $300 millones, ahora sin servicio de transporte por meses. En Ecuador, un grupo de personas protesta contra el alza en los precios de los combustibles, cuando el presidente Lenin Moreno decretó eliminar el subsidio hacia este producto, así tenemos otros ejemplos como Brasil, Argentina, Paraguay, Honduras, etc.
La propuesta en América Latina parece que es sencilla: el Estado debe ser el proveedor de absolutamente TODO, como si fuera derecho de los ciudadanos y sin importar su costo. Concretamente en Costa Rica, le pedimos salud, vivienda, transporte, alimentos, educación, protección, pensiones, por mencionar algunos. Pero todo eso cuesta plata, ni siquiera siendo un infierno fiscal logramos pagar la totalidad de lo que exigimos, y es por eso que en el presupuesto para el 2020 se cubre casi un 50% con deuda.
Lo cual es una gran estulticia, porque estas personas en su mar de la ignorancia creen fielmente que en realidad estos servicios son gratuitos. Lo cual es la peor mentira, porque de una manera indirecta vamos a tener que pagar por estos servicios, además recordemos que, dentro del diccionario del Estado megalómano, las palabras eficiencia y eficacia productiva no existen.
Al fin y al cabo, terminaremos pagando mucho más y con un servicio deficiente. Hasta que no comprendamos que el Estado no genera riqueza, sino que más bien la destruye, podremos progresar no solo como país, sino como región. Porque actualmente América Latina es el subcontinente más violento y uno de los más pobres del mundo, con altos índices de corrupción, y en gran parte de esto se debe a los Estados.
