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Don Mauricio, siempre se me ha enseñado que pecar es rico, y es cierto, pero ¿por qué al final siento una goma moral?
Respuesta
Los venenos en los antiguos tiempos eran sustraídos de plantas que tenían la característica de ser amargas, con el objetivo de que las personas o animales que los probaran los rechazaran inmediatamente por su sabor y no los consumieran, así se salvaban de morir envenenados. Por lo tanto, aquellos que deseaban usarlos como armas para matar debían endulzarlos para que fueran agradables al paladar y cuando las víctimas se lo tomaran no percibieran que era un veneno.
De esta manera muchos reyes, valientes soldados, personas importantes y del pueblo murieron creyendo que disfrutaban de un delicioso vino limpio y sin contaminación, pero una vez que llegaba al estómago se convertía en una muerte segura y dolorosa.
Así es cuando pecamos, hacerlo es rico, el pecado al inicio contiene un sabor sabroso, dulce y disfrutable, ya sea este sexual, hablar mal de alguien, vengarse, abandonarse en la pereza, etc.
El pecado es rico, por eso se practica tanto, proviene de nosotros mismos, de lo más profundo de la naturaleza del ser humano, solo falta que aparezca la tentación para que lo detone y la persona peque. Una vez cometido el pecado, viene la consecuencia destruyendo hogares, creando adicciones, destrozando vidas.a
El pecado tiene dos formas de acción, la primera es hacer actos directos que destruyen las relaciones, como por ejemplo la familia o a uno mismo, la segunda forma es: hacer actos indirectos como el saber hacer lo bueno y aun así no hacerlo, como saber que tenemos que ser románticos con nuestra pareja y no hacerlo o detener algo, como dejar de ser agresivos y simplemente no lo dejamos, esta es igual de destructiva que la primera forma, al no hacer lo que tenemos que hacer también producimos crisis.
El pecado tiene una característica muy importante y es que cualquier persona que lo practique en cualquiera de las dos formas comentadas termina destruyéndose a sí mismo y a los que le rodean.
La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento, decía San Bernardo, esto nos recuerda que el pecado es solo culpa de nosotros mismos y de nadie más, habrá un tentador y tentaciones siempre, pero al final es nuestra decisión y solo nuestra el ceder a ella, y sí es rico pecar, pero antes de hacerlo recuerda que su fin es de muerte y destrucción, entonces ¿valdrá la pena? No pierdas algo importante por un momento rico, de buen sabor, no cambies lo momentáneo por lo eterno.
Charles Dickens decía: “nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación”, y para eso, nadie lo hace mejor que Dios. El pecado destruye proyectos, matrimonios y vidas, solo aléjate de él, que sea normal ser tentado no significa que sea normal abandonarse a la tentación. Solo huye o confronta, pero que no te esclavice.
*Consejero familiar
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PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Mauricio Mora / PAREJAS, HIJOS y algo más
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Lunes 16 Septiembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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