Puede estancarse el crecimiento económico

El comercio internacional consiste en la compra, venta o intercambio de bienes y servicios en diferentes divisas y formas de pago. Estos intercambios entre distintos países o distintas zonas geográficas han ido en aumento gracias a la liberación comercial y a la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias. Al realizar operaciones comerciales internacionales, los países involucrados se benefician mutuamente al posicionar mejor sus productos.

Durante la guerra comercial entre Estados Unidos y China, se han impuesto aranceles uno al otro, para algunos analistas esta disputa comercial entre estos dos gigantes del comercio va para largo y hay detalles claves que desconocemos. Entre algunas de las cosas, los EE.UU. han elevado las protestas contra los subsidios de China a sus exportaciones, se suma el voluminoso déficit norteamericano en el aspecto del comercio bilateral, la denuncia de robo de propiedad intelectual por las prácticas chinas para hacerse de tecnología, y las consecuencias de estas prácticas sobre el empleo y la fortaleza de los estadounidenses.

Estos dos países desarrollan modelos de economía diferentes, la de China es una economía de mercado socialista y sustentada en el socialismo con características chinas, la de EE.UU. es de economía capitalista de tipo mixto. Sin embargo, hay muchas empresas norteamericanas operando en el país asiático desde hace ya bastante tiempo, precisamente llevan años aprovechándose de la mano de obra barata que ofrece China y, en parte, esto ha permitido que su economía haya crecido rápidamente en las últimas décadas. Sobre los aranceles, de acuerdo con una hipótesis, son los importadores estadounidenses, no las empresas chinas, los que pagan los aranceles en forma de impuestos al Gobierno de EE.UU.

Sobre la situación de la guerra comercial, el presidente Donald Trump afirma que no tiene ninguna prisa en resolver el conflicto, por otro lado, dicen que el presidente de China, Xi Jinping, cuenta con un as bajo la manga. Algunos analistas dan a entender que Pekín podría utilizar las exportaciones de tierras raras como un arma en esta guerra comercial (es un conjunto de elementos químicos escasos que la industria norteamericana necesita; son abastecidas en un 95% por China), también se dice que el Gobierno chino, en represalia, puede meterle mano a los Bonos del Tesoro de EE.UU., que son billones de dólares a su favor. Queda otro asunto, los chinos pueden prohibir o boicotear el uso de los dispositivos móviles Apple en su territorio, aunque son ellos quienes los fabrican. Pues bien, China tiene sus cartas.

Cada día que pasa más se complica la disputa entre estos gigantes del comercio mundial. Algunos expertos pronostican que esto va para largo, o será difícil que se pongan de acuerdo fácilmente, mientras otros optimistas, confían en la reunión de la Cumbre del G-20 de Osaka, Japón, a celebrarse los días 28 y 29 de junio de 2019, tal vez podría salir alguna iniciativa de acercamiento entre las partes; aquí participan los máximos líderes mundiales y las principales economías. Los chinos afirman que las exigencias norteamericanas interfieren abiertamente con muchas cosas sensibles con su cultura, costumbres, nacionalismo, entre otras cosas. Hay como 200 empresas norteamericanas operando en ese país asiático, y dicen que si todo se complica estarán trasladando sus industrias a otros países de la región como Vietnam, Taiwán o India. Pues bien, en esta crisis aún falta mucho camino por recorrer, y el problema entre estos dos países puede estancar el crecimiento económico de muchos países, cuidado con una recesión mundial.

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Lunes 17 Junio, 2019

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Lic. Roy Levell Brown