Soy una mujer casada de 52 años. Leí la noticia de un hombre que fisgoneó a una mujer y que le impusieron una multa de 40 mil colones, que me parece muy baja. El impacto de ser vista por un fisgón puede ser sumamente intenso para una mujer. A mí me pasó y quedé con un miedo y una inseguridad de que me volviera a pasar, porque lo que da miedo es que uno sea víctima de un abuso o de un hecho violento. No entiendo por qué no es más penado.
Algunas personas experimentan placer al ver la desnudez o escenas sexuales sobre todo en situaciones furtivas o ilícitas y el impulso sexual es tal que es común que opten por realizar actos insólitos, como subirse al cielo raso, hacer orificios en las paredes de baños y vestidores, instalar cámaras ocultas y hasta comprar binóculos y telescopios para visualizar a largas distancias.
Hoy muchos piensan que, más que un simple delito, se debe considerar como una conducta delictiva enfermiza que debe ser tratada además de penada. Aun cuando los estudios indican que estos voyeristas rara vez comenten un delito mayor de tipo sexual, como abusos, toqueteos o violaciones, es claro que ser espiado genera fuertes consecuencias en las víctimas, entre las cuales resaltan el miedo y la inseguridad, sobre todo en aquellas personas que viven solas o que tienen menores en el hogar, o cuando el voyerista es un miembro de la familia, un allegado o un vecino cercano.
El debate continúa en la mayoría de las sociedades del orbe, pero queda claro que las multas o penas mayores por sí solas no resuelven el problema, por eso probablemente se requiera de un abordaje conjunto, tanto legal como médico, destinado a evitar la recurrencia, que suele ser muy alta en este tipo de conductas.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: dr. Mauro Fernandez/ Un mundo sexual
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Sábado 25 Mayo, 2019
HORA: 12:00 AM
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