Las sanciones a Huawei
Juan Manuel Campos Ávila / Espectro
En un conflicto sin precedentes, el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica sancionó recientemente a la empresa Huawei imponiendo una serie de restricciones a la industria norteamericana para que no se le supla de componentes electrónicos (hardware) y de software a dicha empresa
LA ACUSACIÓN
El departamento de Comercio de los Estados Unidos ha señalado que Huawei atenta contra la seguridad nacional de dicho país porque no logró demostrar que sus equipos estuviesen libres de “puertas traseras” con las cuales se pueda extraer información de los usuarios y con ello favorecer al Gobierno chino, que se apropiaría de tal información. La nueva guerra fría tiene una sensibilidad particular en Occidente, dado el liderazgo de Huawei como fabricante de redes y equipos en el mundo, puesto que de aplicarse las sanciones ordenadas por el Gobierno del presidente Donald Trump, estaríamos a las puertas de una nueva guerra fría. Fernando Faces, en el artículo publicado por el Diario de Sevilla en España, el 22 de mayo, señalaba con toda claridad que “De continuar esta guerra tecnológica estamos abocados a la desglobalización digital, a la balcanización de las telecomunicaciones en dos bandos tecnológicos, a la configuración de dos hemisferios digitales, uno ligado a China y otro a Estados Unidos. Europa tendrá que plantearse en cuál de los dos quiere estar, si no es capaz de crear el suyo. Si en los próximos meses se alcanzara un acuerdo en la guerra comercial entre EE.UU. y China, las tensiones tecnológicas disminuirían. No obstante, la pugna por la supremacía tecnológica en telecomunicaciones, robótica, biotecnología e inteligencia artificial continuará durante las próximas décadas. Será la Guerra Fría del siglo XXI. Y ojalá sea así y no caigamos en la trampa del historiador griego Tucídides que decía ‘cuando una potencia emergente amenaza la hegemonía de la potencia ya establecida, la guerra es inevitable’”.
LA POSIBLE REACCIÓN
La prensa internacional ha venido señalando que la reacción del Gobierno de China puede ser contundente y no dudan en señalar que en la primera línea de fuego estaría la empresa Apple, que por reciprocidad recibiría sanciones equivalentes con lo cual los terminales de esa reconocida marca no se podrían fabricar en China, pero si le agregamos también la posible prohibición de exportación de “tierras raras” (necesarias en la industria de tecnología y de armamentos) a los Estados Unidos, las sanciones se dirigirían a dos industrias muy sensibles del país norteamericano, la de armamentos y la de tecnología.
LA DESVENTAJA MOMENTÁNEA DE CHINA
Es cierto que momentáneamente Huawei se verá afectada en su expansión, también es cierto que, empujados por las circunstancias de la sanción, su grado de independencia tecnológica de Occidente será tan grande que en poco tiempo revertirán esa debilidad en fortaleza, porque si de algo no debemos de tener duda es la capacidad de resiliencia oriental.
