“Salacuartazo”: absurdo espacial y temporal
Rigoberto Guadamuz Monge*
Es frecuente escuchar al diputado frenteamplista y, para más señas, licenciado en Derecho, señor J. Ma. Villalta, además de otros diputados, y ni qué decir de los periodistas y muchos costarricenses en general, utilizar mal esto de “salacuartazo”. Se entiende mal (en su primer estadio) por eso, la simple presentación de una petición o documento ante la secretaría de la Corte Suprema de Justicia para ser admitida, analizada y resuelta o rechazada.
Es bien sabido, por quienes hemos visitado muchísimas veces la apodada “Sala IV”, que el documento presentado, al ser sellado como recibido, apenas ha cumplido la etapa ad portas. Luego, intra portas es analizado para ver si cumple con los requisitos legales y petitorios. Pero en la rama del Derecho, se utiliza mal esto de ad portas, porque para ser aplicado con un criterio exacto como el de los romanos, el simple sello de “recibido” del secretario es justamente un trámite “en las puertas mismas” o mejor aún, “a las puertas”.
Algunas personas que no conocen mucho del idioma pueden creer que la primera etapa del supuesto “salacuartazo” está a la misma altura de un “decretazo”, porque ambos terminan en “-azo”. He aquí el mayor problema de no tener un amplio dominio del uso correcto del idioma en todos sus aspectos, tales como etimológico, espacial, temporal, etc.
El DRAE es clarísimo al señalar que un decretazo es la resolución emitida, una reforma drástica y repentina y que tiene una enorme repercusión social, económica y política. De lo anterior se deduce fácilmente que, antes de ser tomada una resolución por decreto de envergadura, nunca puede o denominarse como “presentar un decretazo”.
Aquellos que se interesan por el uso correcto del lenguaje pueden reconocer palabras que al terminar en “-azo” no solo implican una acción repentina, violenta o contundente, sino que tiene otros matices: bandazo (movimiento brusco); escobazo (movimiento superficial); hecho sin el debido cuidado (pincelazo). También, el acto o la acción de lanzar con violencia (baldazo); un disparo (saetazo) y muchos otros usos de “-azo” en español. Lo único que podemos esperar del mal uso espacial y temporal del “salacuartazo”, es que consiga terminar en “-aso”: un fracaso intra portas.
Así este asunto tan sencillo, es hora de que entendamos de modo correcto el Derecho y el idioma español. Un “salacuartazo” es la resolución de peso o definitiva que favorece o favorezca a alguien o los intereses de la sociedad, debidamente tramitado en positivo por la celebérrima Sala Constitucional.
Pero dejarse decir que ir a la Sala IV a presentar un “salacuartazo” es sencillamente un ridículo jurídico e idiomático. Tengamos vergüenza lingüística y jurídica.
*Etimólogo y lexicógrafo
