Con la participación de 12 equipos y más de 200 jugadores arranca este fin de semana la Liga de Fútbol Playa 2019.
La primera fecha se disputará en el Proyecto Goal el sábado (grupo A) y domingo (grupo B) a partir de las 2 p.m. (ver nota dos).
En un campeonato que es amateur cabe resaltar las diferentes ocupaciones de los futbolistas que forman parte de la presente temporada, quienes hacen un gran esfuerzo por combinar sus trabajos con el deporte.
Son muchos los oficios y profesiones que saldrán a la arena en representación de cada uno de los jugadores inscritos por los diferentes equipos.
DIARIO EXTRA reconoce cómo la pulsean todos los días para cumplir con sus tareas cotidianas y rendir en el torneo.
Se combinan oficios como el de pescador, mecánico, operario, supervisor, agente de ventas, vendedor, comerciante, barbero, pintor, mensajero, capitán de barco, electricista, entre otros. Y profesionales en derecho, docencia, periodismo, arquitectura, enfermería, turismo, fisioterapia, ingeniería, veterinaria, administración, etc.
“Muchos trabajamos en diferentes ámbitos y por el tipo de deporte y formato que se está jugando nos permite acomodarnos mejor. Es interesante también porque cuando en el camerino no se habla de fútbol cada quien cuenta lo que hace y ahí es donde uno aprende muchas cosas de los compañeros”, sentenció Leslie Ureña, de Dimas Escazú.
Se trata de una liga en que compiten equipos que representan regiones específicas del país, lo que hace también que varíen las labores de los que viven en la Gran Área Metropolitana respecto a los que residen en las costas.
“Soy prácticamente un dependiente, trabajo por decirlo de una forma en una ferretería marina, todo lo que tiene que ver con la pesca artesanal y deportiva, artículos de buceo y cuando la pesca baja el negocio se pone mal también”, comentó Jeffrey Rojas, portero de Puntarenas Junior.
En lugares de playa muchos trabajan en barcos, turismo, pesca, aduanas y los que laboran en el centro lo hacen como mecánicos, operarios, comerciantes, abogados, arquitectos, taxistas y hasta choferes de Uber.
“Siento que es una gran familia, con el paso de los años ha ido creciendo y he podido conocer mucha gente acá, con trabajos diversos y otros que les ha costado conseguir algo estable. De verdad que hay de todo un poco”, apuntó Johnny Pérez, de Valencia.
