Ruta San Ramón es un despilfarro
Editorial
La ampliación de la ruta nacional 1, en el trayecto que comunica a San José con San Ramón, es una necesidad que desde hace muchos años se sabe en el país y cuya ejecución reclaman los habitantes de la zona de occidente.
Sin embargo, sigue siendo solo un proyecto del que parece no haber avance desde el pasado 23 de febrero del 2015, cuando en el Parque de San Ramón, el entonces presidente de la República, Luis Guillermo Solís, firma la ley de fideicomiso para la ampliación de este importante corredor vial.
Frente a vecinos de este cantón y de todos los que se verán beneficiados, Solís prometía que en su administración harían lo posible por dejar el proyecto terminado o por lo menos iniciado.
Pero por el contrario, en la carretera no se ha cambiado ni un bombillo como resultado de la ampliación y lo único que ha dejado es el pago de ¢240 millones en salarios, hasta agosto del 2018, para los trabajadores que conforman la unidad ejecutora a cargo de Hadda Muñoz, todos bajo el manejo del Banco de Costa Rica.
Así las cosas, surgen las preguntas de ¿cómo es que se ha pagado tanto dinero y no se ven resultados?, ¿qué labores hacen estos trabajadores para recibir un salario, pero parecen no dejar resultados?
Es claro que todas las personas que desempeñan un trabajo merecen una paga digna, eso no se cuestiona, pero a todo funcionario se le piden resultados y en este caso el resultado se trata de ampliar la vía.
Se entiende que luego de la firma, al ser la primera experiencia del país para construir obra pública por medio de un fideicomiso, había que despejar dudas y hacer reglamentos, lo cual tomó tiempo.
Es por eso que hasta el 26 de agosto del 2016 es que se da la firma del contrato de fideicomiso entre el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y el BCR para presentarlo a la Contraloría General de la República (CGR) en espera de la aprobación.
Tras consultas que van y vienen, el 27 de enero de 2017 el contrato recibe refrendo y ya se puede poner en marcha el fideicomiso, pero tan solo un mes después, el banco pide cambios en el contrato para tomar el control total de todo el proyecto.
Mientras se da un nuevo estira y encoje, viene el escándalo del Cementazo que golpea al Banco de Costa Rica, provocando en julio de 2017 la suspensión de Mario Barrenechea, entonces gerente del BCR y quien se había encargado del contrato.
A eso se suma que el 7 de setiembre 2017 renuncia Pedro Pablo Quirós como director del fideicomiso, por lo que una vez más se dan retrasos porque había que buscar a los sustitutos de estas personas.
Así el tiempo corre y el fideicomiso sigue paralizado, llega el 12 de octubre del 2017 y por fin la CGR autoriza la adenda al contrato de fideicomiso para que sea el Banco de Costa Rica quien controle todos los detalles del proyecto.
Días después se da el nombramiento de la Unidad Administradora del Proyecto con personal propio y se cree que ya vendría el arranque oficial de lo necesario para poder ver el inicio de las obras en esta importante vía nacional.
Sin embargo, esa ilusión duraría poco, en enero 2018 se anuncia que los trámites para comenzar a construir la nueva carretera entre San José y San Ramón tomarían al menos tres años; es decir, que los trabajos se podrían ver hasta el 2021.
Los estudios para conocer las opciones de ampliación que se tienen es lo que genera una nueva discordia, ya que había que determinar cómo se financiarían.
Para tratar de maquillar un poco toda la maraña de hechos que han venido atrasando esta obra, el 27 de junio de 2018 anuncian que el arranque de obras será en el segundo semestre del 2019, pero no con dineros del fideicomiso, sino con dinero del Consejo Nacional de Vialidad, que realizarán la ampliación de tres puentes principales de la ruta.
Es así como han pasado cuatro años desde la firma allá en San Ramón y hoy la unidad ejecutora sigue estando en la etapa preoperativa para los estudios, diseños y construcción del corredor vial, se siguen pagando salarios cuyos resultados no parecen ser los esperados y todos los costarricenses continúan esperando tener una carretera con las condiciones necesarias para la movilidad.
