El 3 de agosto de 1999 el barrio Recope de Turrialba vio nacer a Ronaldo Araya Hernández. Lo hizo en un hogar de padres pulseadores, quienes le transmitieron ese sentimiento al joven futbolista.
Su padre es un apasionado del fútbol y en particular del fenómeno brasileño Ronaldo Nazario de Lima, quien un año antes (1998) brilló en el Mundial de Francia. Por eso no dudó en ponerle a su hijo Ronaldo, sin sospechar en aquel momento que llegaría a la primera división y mucho menos que sería tomado en cuenta en la Selección Mayor de fútbol.
El jovencito entiende lo que es cargar con un nombre que lo hizo grande el brasileño, siendo un goleador de raza.
Para el Ronaldo tico desligarse de las comparaciones es el primer paso para abrirse campo en el balompié nacional.
“Poco a poco voy mejorando y espero que en uno o dos torneos más pueda consolidarme en la primera división”, dijo el seleccionado de 19 años.
Ahora que vive la experiencia de formar parte de la Tricolor en su mente repasa constantemente los muchos sacrificios que le ha tocado enfrentar para hacer carrera en el fútbol.
Para ir a entrenar al Cartaginés, club en el que está desde los 13 años, le toca salir a las 5 a.m. y para llegar a los entrenamientos de la Sele debe madrugar más. Se levanta a las 3 a.m. para 45 minutos después caminar 15 minutos hasta la parada, donde toma el primer autobús de Turrialba a San José.
En la capital toma en segundo bus para llegar al Proyecto Gol, en San Rafael de Alajuela. El regreso es el mismo, aunque no es algo que incomode al futbolista, quien se encuentra motivado por compartir camerino con muchos jugadores que siempre ha admirado.
“No venía jugando mucho en el club, pero vine acá (Selección) e hice las cosas bien, entonces el profe me tomó en cuenta”, enfatizó el jugador brumoso, quien se esfuerza por sacar a su familia adelante.
“Están muy orgullosos por todo lo que he logrado porque nos ha costado mucho desde pequeño y todo el esfuerzo de mis papás ahora se ve premiado”, declaró.
Ronaldo recordó que sus padres siempre se han esforzado por sacar el hogar adelante. “Mi mamá tiene como un negocio de tamales, entonces de vez en cuando tenía que ir a traer hojas con mis papás, y en todo lo que les pueda ayudar ahí estaré”, agregó.
OBJETIVO
El turrialbeño recibió la primera convocatoria a la Selección sin ser determinante en su equipo. Su estilo de juego como volante ofensivo le llamó la atención al seleccionador, quien le da la oportunidad de mostrarse en el equipo de todos.
“Ha sido una etapa provechosa para mí, yo que soy joven he aprendido mucho del profe y de los jugadores de experiencia, quienes me han ayudado mucho como persona y jugador. Así que estoy feliz de estar acá y aprovechando la oportunidad”, indicó.
Agradece a futbolistas como Francisco Calvo, José Miguel Cubero, Néstor Monge y Yendrick Ruiz, entre otros, quienes le dan consejos constantemente.
“Esto es un sueño, a mi corta edad jamás me esperaba estar a las puertas de enfrentar a Estados Unidos, pero si me toca jugar trataré de aprovecharlo al máximo y si no seguiré trabajando para lo que viene”, enfatizó.
Por último afirmó que Matosas “me dice que tome confianza, que juegue como lo hago en los entrenamientos y ahí llegarán los frutos luego”.
