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Opinión

Prohibida una mancha más

Editorial

En el deporte costarricense hay verdaderos exponentes que día a día lo dan todo en su disciplina. En el ciclismo da gusto ver la cantidad de personas que lo practican de manera recreativa cada fin de semana en todos los rincones de estos 52.100 kilómetros cuadrados. También están los que lo realizan de manera competitiva en ruta o montaña y hasta triatlón. Es algo indescriptible esa unión hombre y máquina viendo de reojo a los rivales, pero jamás agrediéndolos como ocurre en otros campos. 

Lamentablemente hay un tipo de autoagresión y por desgracia es común a nivel mundial, hablamos del dopaje. El músculo y la mente se deben unir para recorrer miles de metros, pero cuando la segunda falla algunos malos competidores acuden al viejo truco. “Tómese esto, inyéctese aquello, hágalo de noche para que de madrugada lo orine y no lo puedan descubrir”. Hay miles de historias. 

A veces el más sorprendido es el coequipero o el entrenador, ya que aquel que descollaba por joven o quizá el capo hacían el mal a solas en una cita íntima con esos demonios.

Ya la Vuelta a Costa Rica del año pasado registró 12 análisis adversos en cera y EPO y tres más en orina. Duro golpe, durísimo, pero se pudo conocer gracias a que la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) y el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) invirtieron una gran cantidad de dinero y en la cronoescalada les dijeron a los muchachos “vengan para acá”.

Tal impacto tuvo que el rey de ese giro, Juan Carlos Rojas, tuvo que ceder su corona al segundo lugar Román Villalobos, quien se llenó de gloria y hoy corre con el equipo continental mexicano Canel’s Specialized, bajo el mando del experimentado Juan José Monsiváis. 

A lo interno de la Fecoci más que bajar la cabeza por lo sucedido en 2017 le entran más duro al control del dopaje. Es por eso que para la edición 54 de la ciclística, que empieza este domingo 16 y finaliza el 25 de diciembre, invertirán junto al Icoder más de ¢25 millones. Lo que se quiere es que todos, sí, todos, compitan en igualdad de condiciones y no se vea a uno subir y bajar como tren bala el Cerro de la Muerte pero meses después esconderse porque hacía truco. 

Ya viene la Vuelta, pero antes de que esta comience al equipo Múltiples Corella-Pollos don José se le sacó de la misma y de los grandes premios de la Fecoci y del Comité Olímpico Nacional, corridos miércoles y jueves recién pasados en trayectos Esparza-Upala y Upala-Puntarenas. 

El motivo de la exclusión es que los pedalistas Nathaniel Villanueva Solano y Kristhopher Vega Orozco registraron resultados analíticos adversos en el control realizado por la Agencia Nacional Antidopaje durante la Vuelta a Guatemala. Esta acaba de realizarse del 23 de octubre al 1 de noviembre en el vecino país. 

Por más que el entrenador de Múltiples Corella, Luis García, pide que se les permita competir a los demás compañeros del grupo, la respuesta del ente rector del ciclismo tico es un rotundo no. 

El tema aún está abierto por el reclamo del grupo afectado, pero tanto los dirigentes como el presidente del Colegio de Comisarios, Héctor Fabio Arcila Echeverri, están firmes en su postura. 

En su defensa, García menciona que es muy poca la cantidad de sustancias encontradas y que en Guatemala se acaban de dar casos con ciclistas que al final terminaron libres por ser una contaminación producto de una carne ingerida. 

El tema está, no es nuevo, es recurrente en todo lugar donde se hable de aros, cascos, guantes, de un deporte que hace al que lo practica un atleta muy completo, que hoy se come 250 kilómetros al sol y en 24 horas se le corta la respiración del frío y un trazado mayor.

Todo el peso debe caer sobre los infractores, cuando ya se cierre el frasco de la última prueba y no exista más allá. A la dirigencia ni un paso atrás, a seguir desenmascarando a quienes no juegan limpio. Callar o minimizar el tema sería lo peor. 

Quedan advertidos que en esta Vuelta también habrá pruebas en sangre e igual los llamarán a orinar. 

 

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Viernes 14 Diciembre, 2018

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