El presidente Carlos Alvarado defendió la adopción por parte de Costa Rica del polémico Pacto Global para una Migración, Segura, Ordenada y Regular (GPM, por sus siglas en inglés).
El lunes, sin la presencia de 29 de los 193 países que conforman la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Costa Rica apoyó la iniciativa que si bien no establece la migración como un derecho humano, sí obliga a los países a tratar a los migrantes con dignidad, tal como lo establecen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otras convenciones.
La posición de Costa Rica dista mucho de una decena de países, que califican el pacto de preocupante.
Entre las naciones que le dieron la espalda a la propuesta no vinculante de la ONU están Estados Unidos, Israel, Austria, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Bulgaria, Bélgica, República Dominicana, Chile y Australia.
Precisamente sobre la preocupación, gobiernos como el chileno y el australiano indican que el plan genera compromisos políticos en detrimento de la soberanía en cuanto a la manera de tratar el tema en cada nación.
Además critican que no se hace una diferencia entre migrantes regulares e irregulares. También prohíbe las detenciones arbitrarias y solo autoriza los arrestos como medida de último recurso.
Aún está pendiente que la Asamblea General de las Naciones Unidas apruebe la adopción del nuevo instrumento.
DERECHO HUMANO
Sobre el fondo del acuerdo, del cual se ha documentado más, Alvarado dijo que mientras él sea presidente de Costa Rica continuará su lucha por defender los derechos humanos, en este caso de las personas migrantes.
“Costa Rica tiene la Corte Interamericana de Derechos Humanos, somos un país que ha respaldado los derechos humanos en los distintos foros internacionales.
Casualmente el pacto se da como un reconocimiento a la problemática mundial que hay en materia migratoria y como herramienta para procurar la coordinación entre países y la cooperación entre países para abordar este tema.
Es en ese ámbito que el país avanza coherente con su política porque que no avancemos en eso, entonces significa que estamos renunciando a los derechos humanos como política del Estado costarricense”, expresó visiblemente molesto. Incluso cuestionó: “¿Es eso lo que queremos como país? ¿Renunciar a los derechos humanos como forma de tratar a las personas? Yo creo que no”.
Recalcó que con el pacto podrán acceder más a la cooperación internacional para trabajar en los efectos de la migración, que tanto ha golpeado al país, principalmente este año.
“No firmar este pacto o como ya ha quedado demostrado simplemente ensimismarnos como país y cerrarnos no resuelve los temas. También por eso hemos alzado la voz de que las agendas en materia de migración tienen que moverse a los temas del origen de la migración. Mientras yo sea presidente vamos a defender los derechos humanos porque eso es lo que le toca a un presidente de Costa Rica”, agregó.
Cabe señalar que en la ONU insisten en que el pacto no es un tratado, por lo cual no es vinculante, y pretende promover y establecer una serie de principios voluntarios, compromisos y entendimientos entre los estados miembros de la ONU, que a su vez propicie la cooperación internacional para apoyar la gobernanza hacia una migración segura, regular y ordenada.
PERIODISTA: Marco Antonio González
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Jueves 13 Diciembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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