Noam Sharabi es una joven israelí de 16 años que tiene tres meses de vivir en Costa Rica para continuar sus estudios. Su vida cambió por completo en medio de la tensión en las cercanías de la Franja de Gaza. Sharabi nació y creció en el kibutz de Kfar Aza, ubicado a 1.800 metros de la ciudad de Gaza. A su corta edad la vida le cambió por completo y reconoce que cada vez que escucha un ruido aquí, en Costa Rica, recuerda los instantes de tensión que enfrentó cada vez que escuchaba una bomba. “Siempre se vive con miedo y deja una marca en la vida. Por ejemplo, ahora viviendo en Costa Rica y de repente hay un ruido o algo muy fuerte yo respondo de una forma diferente a los demás. Entiendo que es parte de lo que significar vivir esa realidad”, declaró.
La joven comentó que en los últimos seis meses no solo existe amenaza de bombas y cohetes, sino también de quema de fincas.
Tanto esta joven como Amir Ofek, embajador de Israel en Costa Rica, conversaron con DIARIO EXTRA para relatar la incertidumbre que se vive en Medio Oriente.
TENSIÓN
Sharabi relató que cuando se agudiza el conflicto se llega al extremo de que no se puede salir de la casa, ni de la habitación de seguridad construida para protegerse en caso de bombardeo.
Además contó que siempre existe el miedo de salir y cuando suena la alarma hay pocos segundos para correr al refugio antes de que las bombas exploten.
También comentó que cuando las familias enfrentan esa realidad deben mantenerse comunicadas constantemente, con el fin de saber que se encuentran en buenas condiciones de salud.
Dijo también que cuando la gente anda en la calle y comienzan a sonar las alarmas, el protocolo es abandonar el vehículo y estar en tierra.
“Escuchamos bombas fuertes como un temblor. Cuando llegamos a la casa estamos en situación de shock al enterarnos que la bomba que escuchamos cayó como a 300 metros de la casa”, relató. Consultada sobre si alguna vez temió por su vida o la de algún familiar, no lo pensó dos veces para reconocer que sí y dijo que uno de los mayores miedos es estar separado de otros miembros de la familia durante los ataques.
La joven comentó que en momentos de crisis parece como si se estuviera en una película, por lo que la intención es correr y rezar para que las bombas no lleguen a donde están.
Cuando sea el momento de regresar a país, tras una estadía de dos años en Costa Rica, espera que la rutina de la guerra e incidentes violentos termine, especialmente para acabar con el sufrimiento de los dos pueblos por el extremismo.
Sharabi aseguró que el objetivo final no llegará pronto, pero que todo empieza con expresar simpatía por las partes en conflicto.
EXTRAER LA PARTE HUMANA
El embajador Ofek dijo a DIARIO EXTRA que en la actualidad el principal desafío es extraer la parte humana porque detrás de un bombardeo hay miles de familias que están sufriendo.
Comentó que en Israel es natural y parte de la vida diaria hablar con relativa tranquilidad sobre una situación de locura como es presenciar bombardeos.
También consideró que es difícil explicar qué significa estar 24 horas con 500 cohetes volando y mantenerse alerta.
Sobre el conflicto, el diplomático indicó que no es entre israelíes y árabes, sino contra los extremistas, en este caso la Yihad islámica y la organización Hamás.
“Por el beneficio de los dos lados, la comunidad internacional debe entender que el vocabulario antiguo de palestinos e israelíes ya no vale, ya no es la realidad de hace muchos años.
Israelíes y palestinos han tenido buenas relaciones y en las operaciones militares o los incidentes más graves hubo relaciones y se amaron uno al otro. Si eso no cambia, la comunidad internacional no hará su rol y no tendrá una contribución positiva por parte de los dos lados”, declaró.
El representante diplomático manifestó que el punto es encontrar la paz entre las naciones.
PERIODISTA: Greivin Granados
CRÉDITOS: Fotos: Johanfred Bonilla
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Lunes 19 Noviembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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