Las autoridades australianas investigan la muerte de una menor de 1 año y dos meses quien al parecer falleció luego de tragarse una batería de botón y no recibir atención médica a tiempo.
Se trata de Isabella Rees, ella falleció en 2015 y sus padres ahora luchan para que se haga justicia, pues aseguran que los médicos no les creyeron cuando informaron que la pequeña se había tragado el objeto, según informa Actualidad RT.
Esta semana la madre de la niña contó ante una corte que antes de morir a la menor la llevaron tres veces a un hospital local con vómito y fiebre, pero en todas las ocasiones los doctores los devolvieron asegurando que solo se trataba de una infección.
La femenina aseguró que en una ocasión llevó al centro médico los pañales con las heces ennegrecidas de la pequeña y los coágulos de sangre que aparecían en el vómito, incluso, su esposo manifestó a los especialistas que tenían la sospecha de que la pequeña se había tragado una batería, pero aparentemente, tampoco les creyeron.
Días después, la pareja encontró a la bebé cubierta de sangre y la llevaron por cuarta vez al hospital, hasta ese momento los doctores decidieron realizar la radiografía que mostró la batería en el sistema digestivo.
Sin embargo, ya era tarde pues la pequeña murió en la sala de operaciones.
“Simplemente fuimos ignorados y rechazados. Nos sentimos como hipocondriacos. Nunca nos creyeron, simplemente no nos escucharon”, expresó la mujer.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Foto: Twitter The Courier-Mail.
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Jueves 15 Noviembre, 2018
HORA: 06:59 PM
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