La Fuerza Pública detuvo a dos hombres de apellidos Fuentes Prieto y Arroyo Steward, además de una mujer apellidada Fallas Traña, a quienes sorprendieron en una casa que funciona como búnker.
Los sospechosos tenían un arma de guerra AK-47, 69 municiones, un cargador y drogas.
La captura se registró en el centro de Guápiles, Pococí, 100 metros al norte del Instituto Nacional de Seguros (INS).
En el lugar los efectivos incautaron el AK-47, 7 dosis de cocaína y 7 de marihuana, gracias a una llamada anónima que alertó que uno de los sujetos se mantenía en vía publica manipulando el arma a vista y paciencia de los transeúntes.
El reporte de las autoridades indica que a uno de los detenidos lo pasaron a la Fiscalía de Flagrancia y lo acusan por posesión de arma ilegal.
ALTERADA
Lo que hace particular el decomiso de esta arma en Guápiles es que presenta una serie de modificaciones que convierten el AK-47 en una herramienta más funcional para los delincuentes.
La importación de accesorios de armas de guerra es prohibida en nuestro país y quienes tienen acceso al mercado negro se las ingenian para reconstruirlas artesanalmente, ya que con el tiempo dejan de funcionar.
En el caso del AK-47 incautado, presenta alteraciones que ayudan a quien la porta a llevarla en moto sin ser detectado y así evadir los controles policiales.
“Los AK-47 cuentan con una culata de madera especial para la acción militar, para eso fueron creadas, pero como en este caso se le modificó y se le puso una culata flexible se acorta con solo el toque de un botón.
Eso permite mayor maniobrabilidad, se puede ocultar fácilmente y pasar desapercibida”, explicó Esteban Ruiz, comunity mánager de la página Portación de Armas de Costa Rica.
NOBLE
El arma es considerada la 4x4 del arsenal pesado, ya que no requiere gran mantenimiento, aguanta las modificaciones que le hacen, como en el caso de nuestro país.
Los cacos ticos las usan en actos de sicariato gracias a las variantes que le llegan a realizar sin que se afecte el poder destructivo.
“Esas armas son muy nobles en cuanto al uso y el mantenimiento. Por ejemplo, otras de las modificaciones que les hacen es acortarles el cañón para que sean más maniobrables para el uso que le da la delincuencia en la ciudad.
Transformarla no afecta su capacidad de tiro ni su función”, añadió el especialista.
Ruiz considera que la ley creada en los 90, que regula el tema de las armas de fuego y su registro, no ha evitado que exista el mercado negro que surte en su mayoría a sujetos que terminan cometiendo delitos.
La estadística del Ministerio de Seguridad Pública indica que en 2014 se decomisaron 10 fusiles AK-47, un año después la cifra bajó a 9, pero desde 2016 el aumento de las incautaciones creció y llegó a 25. En 2017 la cifra fue de 39.
Es decir, en esos cuatro años confiscaron 83 fusiles de guerra.
El mercado negro en Tiquicia es amplio y mucho de este armamento es antiguo pero la calidad escupefuego se mantiene.
PERIODISTA: Gustavo Retana
CRÉDITOS: Fotos: MSP
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Jueves 15 Noviembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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