Los pezones son estructuras eminentemente reproductivas que están presentes en la mayoría de los mamíferos y su función primordial es facilitar la succión de la leche materna. Por razones estrictamente filogenéticas, en el ser humano tiene, además, una importante función sexual que coprotagoniza con el resto del seno.
El pezón tiene una piel más gruesa, coloreada y fuerte, características destinadas a soportar la fuerte succión de la lactancia. El tamaño varía de unos cuantos milímetros hasta varios centímetros. También pueden existir diferencias entre un lado y otro, aunque rara vez son diferencias notables. Si se observa con cuidado, en su extremo se encuentran de 15 a 20 orificios que dan salida a los conductos de la leche.
El pezón suele endurecerse, sobresalir y verse erecto en diversas circunstancias, por ejemplo en ambientes fríos, al contacto con el agua, por caricias y en muchas mujeres -no en todas- en pleno acto sexual.
Hay variantes en cuanto a la disposición del pezón. En algunas sobresalen de manera permanente y con los diversos estímulos simplemente se endurecen. En otras el pezón es plano, sobresale y se endurece solo cuando es estimulado.
Sin embargo en ciertas mujeres desde la pubertad el pezón es plano o hasta hundido y no sobresale, aun cuando sea estimulado de diversas formas. Este hundimiento puede estar presente solo en un seno o en ambos.
Algunas veces es así desde la pubertad y otras veces producto de algunas enfermedades, de manera que es recomendable consultar. Como el pezón hundido puede dificultar la lactancia se recomienda corregirlo, sea a través de unos ejercicios especiales o con una pequeña cirugía.
La areola es la zona circular que rodea el pezón, usualmente es del mismo color o un poco menos pigmentada. Si se observa con cuidado, se pueden identificar de 4 a 25 elevaciones que parecen espinillas que son las glándulas de Montgomery, encargadas de producir un sebo especial que lubrica la zona, facilita la lactancia y evita que tanto el pezón como la areola se agrieten con la succión.
Desde el punto de vista sexual el pezón y la areola son estructuras altamente sensibles y consideradas zonas erógenas por excelencia, al punto que con la estimulación, sea por caricias, besos o succiones, pueden desencadenar un enorme placer y en algunas mujeres hasta intensos orgasmos.
La mayoría de las mujeres responde a la estimulación suave de esta zona, sin embargo algunas requieren estímulos más fuertes como pellizcos, besos mordelones y hasta mordiscos de intensidad variable.
Los senos femeninos como un todo, y los pezones y la areola de manera específica, resultan muy estimulantes para el varón. El simple hecho de ver los senos o tocarlos puede provocar erecciones intensas y hasta desencadenar la salida del semen. Curiosamente algunos varones sienten una particular atracción por los pezones, identificándolos como el área femenina que les resulta más excitante.
La piel del pezón y la areola requieren un cuidado especial. Así, se debe evitar el uso excesivo de jabones, lociones y no se debe utilizar alcohol ni derivados. De igual manera no son recomendables las maniobras de fricción.
Debemos recordar que el pezón y la areola son susceptibles a padecer diversas enfermedades, de tal manera que si se presenta alguna anormalidad, se debe consultar cuanto antes.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández / Sexólogo
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Lunes 24 Septiembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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