Todos recordarán a Popeye, personaje animado que comía espinacas para multiplicar la fuerza y salvar a Olivia de su enemigo Brutus. Sin la hortaliza el famoso Popeye no podía enfrentarse a su adversario porque llevaba las de perder.
Pues esas mismas propiedades que le daba la espinaca a Popeye necesita la Selección Nacional, que ha perdido 7 partidos este 2018, un año sumamente oscuro para el combinado nacional.
Ayer, en el cierre de la gira por Asia, la Tricolor cayó por goleada ante un Japón que desdibujó por completo al equipo que dirigió de manera interina Ronald González.
De hecho el marcador se quedó cortó, ante una Selección vulnerable en todas sus líneas. En defensa mostró grietas, en la zona medular poca marca y en ataque predecible. Ese poco juego que desplegó la Sele desencadenó en una derrota por una pizarra de 3 por 0, que pudo ser más abultada de no ser por las intervenciones del portero Leonel Moreira en la primera mitad (fue sustituido en el segundo tiempo).
De entrada González plantó una formación con 7 modificaciones, solo repitieron Óscar Duarte, Allan Cruz, David Guzmán y Mayron George. Pero también varió el sistema de juego posicionado una línea de 5 al mejor estilo del Machillo Ramírez, con un triángulo en la mediacancha y dos puntas.
La intención del timonel fue contrarrestar la movilidad y dinámica de los nipones, que se multiplican en la cancha. El rival siempre tenía superioridad numérica en todos los sectores. Por más presión que la Selección ejerció en los primeros 45 minutos, Japón fue muy superior.
La imagen que dejó la Tricolor en la primera parte fue algo positiva, se intentó tener el balón, manejarla con más criterio, se llegó al área rival, pero faltaron ideas y piernas para meter en aprietos a la veloz zaga japonesa.
Randall Leal, quien fue una de las variantes, mostró ímpetu y algo de movilidad, pero sin ser la solución que requería el equipo para exhibir un caudal ofensivo mayor. Leal tuvo al minuto 11 una opción a gol, al ingresar al área, enganchar para sacar de circulación a su marcador y remató fuerte, pero un defensor se interpuso en la trayectoria de la pelota.
Y dos minutos después Bryan Oviedo incurrió en autogol. La jugada fue más accidental que otra cosa. Vino de un saque de esquina, un nipón en los linderos del área remató de testa y cuando Oviedo se percató tenía el cuero encima, sin reaccionar bien metió su cabeza con tan mala fortuna que venció a su compañero Leonel Moreira.
El 1-0 llegó en un primer tiempo que fue parejo. Fueros quizás los mejores minutos de la Sele en la gira asiática. Oviedo buscó enmendar su error con un tiro de larga distancia al 28’ que el cancerbero controló con dificultad.
Al 34’ fue Duarte quien de cabeza le ganó la salida al meta, pero la pelota se fue encima.
Cuatro minutos después Moreira intervino en un tapadón para evitar nuevamente la caída de su portería.
GOLEADA
Los cambios para el complemento lejos de animar al equipo a buscar el empate lo debilitaron. El juego de la Selección no fue el mismo y las grietas se hicieron más grandes.
Nakajima movió los hilos de su selección y el rival creció en su fútbol, llevándose por delante al combinado tico.
El 2-0 fue obra de Takumi Minamino al minuto 65, tras rematar cruzado dentro del área. Y el tercero, para ponerle tintes de goleada al compromiso, lo marcó Ito Tatsuya al 92’.
NÚMEROS
De esta manera, la Selección Nacional se despide de Asia con cero goles a favor, 5 en contra, 2 derrotas y una libreta llena de apuntes de cosas por mejorar.
Individualmente se rescatan algunos nombres como el de Allan Cruz, Jimmy Marín, Randall Leal, Juan Pablo Vargas, Keyner Brown y Mayron George, quienes aprovecharon su oportunidad para ser tomados en cuenta durante el proceso.
