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Opinión

En la feria del libro

Jaime Hernández

Hay gente que ve aviones desde la cerca del aeropuerto. Nunca he entendido esa afición, pero es lo que les gusta, ¿qué voy a hacer? Hay quienes disfrutan de las películas en 3D, a mí me estorba todo el tiempo ese visor, además de que quienes las producen me hacen ver mucho más de lo que necesito ver porque sus argumentos son muy simples, salvo “Gravedad” de Cuarón, que sigo pensando que es buena. Hay quienes compran adornos chinos de plástico y están felices con sus adquisiciones. A mí un chunche de esos me para el pelo. Yo veo y leo y compro libros. Eso es lo mío. Entrar a una librería me fascina. Siempre creo que puedo comprar uno más. Y puedo pasar en esa tienda horas y horas. 

A veces discuto: necesito ver bien el libro, no se puede, está envuelto en plástico, lo sé, es por eso que le digo que necesito ver bien el libro, ¿y lo va a comprar?, no lo sé aún, depende de lo que averigüe al verlo, es que no se puede, claro que se apuede del mismo modo que me pruebo un zapato en la zapatería, solo así sabré si lo quiero, y, ¿qué va a averiguar? El tamaño de la letra, el material de sus páginas, el título original, el traductor, la casa editorial, si es traducido en españolote de España y dice algo así como: quiero que matéis a mi vecino, de quién es la fotografía de la portada, qué dicen las solapas interiores, está bien, está bien, le voy a quitar el plástico, gracias. 

Voy pasando por secciones: la novela y el cuento es lo mío, son libros que me atraen de inmediato, los reviso, los sopeso, investigo ahí mismo si algún productor de Hollywood hizo una cursilería en su adaptación, si es chico conoce chica, chica tiene el virus de Ébola, chico huye y adquiere también el virus, regresa para saber que lo de ella era solo chikungunya, chica y chico se cuidan sus heridas mutuamente, violines, perro que corre en cámara lenta, créditos. Ese no lo quiero. Ni los que se llaman Mariposas multicolores en el patio de mi abuela, esos me dan alergia. ¿Vieron? Necesito mucho tiempo. 

Porto un importante grupo de libros entre las manos porque también pasé por poesía, que por muy pequeño resulta un estante vital, y, por supuesto, historia de alguna guerra, y finalmente gastronomía y recetas. Diantre, son un montón. 

Ahí viene el siguiente paso: ¿cuál llevar?, ¿cuál dejar? Si voy con un amigo razonable, y he tenido esa suerte en las últimas ferias de libro, la selección va a ser más fácil porque no tengo modo de explicar que realmente necesito esos doce títulos y por supuesto él me dirá que en Internet están todas las recetas del mundo y que deje esos dos por lo menos. Tenés razón, le digo. También me recordará que compré ese otro en la feria de hace dos años. Caramba, es cierto. Espero contar con alguien así otra vez. Tal vez ya lo gasté, como se gastan las buenas cosas y no aparezca, por lo que debo arriesgarme a visitar la feria por mi cuenta, con gravísimos riesgos para mi presupuesto. 

En fin, que ahí voy una vez más a una de las experiencias que más me gusta. Me dirijo a mi feria favorita, donde encontraré correligionarios tan ansiosos como yo.

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Martes 21 Agosto, 2018

HORA: 12:00 AM

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