Paola Mora Tumminelli es una abogada de 46 años que trascendió a la vida pública en el gobierno anterior, cuando fue nombrada en la Junta Directiva del Banco de Costa Rica y luego tras ser vinculada al sonado caso Cementazo.
Se caracterizó por defender con vehemencia al empresario Juan Carlos Bolaños y el otorgamiento del crédito por $30 millones.
La defensa la hizo contra viento y marea, al punto que le costó ganarse varios enemigos en la junta directiva del Banco de Costa Rica (BCR).
Hasta ayer era la única persona mencionada en el escándalo que no había sido procesada por el Ministerio Público.
Ella llegó a convertirse en la primera presidenta del “banco negro” y se sostuvo en el cargo hasta el final.
Su paso por la vida pública estuvo marcado por la polémica, desde que DIARIO EXTRA publicó un anónimo que hablaba de supuestas irregularidades a lo interno del BCR.
Tras conocer la noticia, salió con todo a rechazar los señalamientos, al tiempo que El Periódico de Más Venta en Costa Rica recibía un anuncio de recorte en la publicidad del banco tras sus publicaciones.
En diciembre de 2015, este medio daba a conocer la recomendación de la Procuraduría de la Ética para investigar a Mora por un presunto conflicto de intereses.
El abogado del Estado daba importancia al anónimo, que había trascendido y daba pie para evaluar si Mora podía presidir un banco, donde el hermano (ya fallecido) tenía una deuda de $90 mil.
Sin embargo, para mayo de 2016, el entonces ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, la liberaba de toda culpa.
"No se observa de parte de doña Paola alguna acción a intervenir ", dijo con base en el informe remitido por el Consejo de Gobierno.
Para la época de los anónimos, Mora también figuraba en titulares de prensa, asociados al caso Latco y Jennifer Morsink, exdirectiva del Banco Nacional, cuya investigación trataba de probar una presunta operación de lavado de dinero.
Siempre se le vio como una aliada incondicional de Mario Barrenechea, exgerente del BCR, hasta que se presume hubo un distanciamiento entre ambos tras el estallido del Cementazo.
También protagonizó una pelea con Alberto Raven, exdirectivo del banco, que al final se hizo pública. El punto de discordia partió de la mención de la empresa Sinocem en una sesión de directiva, que finalmente terminó en una oculta modificación de un acta.
Nunca negó su cercanía con Mariano Figueres, mano derecha del expresidente Luis Guillermo Solís, a quien reconoció visitaba con frecuencia en Casa Presidencial y con quien también la unió su participación en el Partido Alianza Patriótica.
Tiempo después reaparecen juntos justamente en la administración Solís Rivera en dos puestos de poder.
Esto coincidió con las políticas públicas del exmandatario a favor de utilizar el cemento y la varilla chinos para abaratar los costos de obra pública, cuyo único proveedor en el caso del primero era Bolaños.
Respecto al empresario, Mora reconoce haberlo recibido en el banco en varias oportunidades durante su gestión como presidenta y hasta haberse encontrado con él en sitios públicos como restaurantes.
Viajó en su helicóptero y le sirvió de testigo en una causa judicial contra Guillermo Quesada, ex subgerente del BCR.
Hoy Mora y Bolaños comparten el mismo abogado defensor en el caso Cementazo.
La cercanía entre ambos generó polémica en el seno de la Asamblea Legislativa, pues no es común que los directivos del banco acostumbren ese tipo de vínculos con sus clientes.
Durante todo el proceso siempre se le vio como la mujer de hierro, inquebrantable en todo momento, hasta llegó a enfrentarse con algunos diputados para defender sus argumentos.
Otra persona cercana a Mora es el exdiputado Víctor Morales Zapata, cuyo caso por la presunta aceptación de un viaje a una villa de playa, pagado por un excolaborador de Bolaños, lo archivó la Corte Suprema de Justicia.
Mora formó parte de la junta directiva cuando el BCR modificó el reglamento de seguros para avalar que otra aseguradora (Oceánica) pudiera respaldar operaciones de gran envergadura, como la de Bolaños con el cemento chino.
Para ese entonces se permitió que el cemento sirviera de garantía, a pesar de ser un producto perecedero, y no ser una práctica común del banco.
Durante la administración Solís Rivera también se modificó el Reglamento Técnico del Cemento Hidráulico, que facilitó todavía más la importación del producto de países tan lejanos como China.
PERIODISTA: María Siu Lanzas
EMAIL: [email protected]
Sábado 18 Agosto, 2018
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA