Consulta: Mi pareja ha cometido errores contra mi persona, y después de hacerlo me pide perdón, diciéndome que lo disculpe y ya no lo vuelve a cometer, pero aun así yo sigo sintiendo que algo falta y se lo he comunicado a mi pareja, a lo que me dice que con pedir perdón es suficiente, que lo que pasa es que yo soy una resentida. Pero sigo con un sinsabor con eso de que hasta ahí llega, solo con decir “perdón”.
Respuesta: "Pedir perdón no es solo disculparse, es restaurar lo que se ha roto con la ofensa". Cuando alguien comete una falta y pide perdón a su pareja o a sus hijos, debe recordar que esa acción no solo involucra decir “lo siento” y creer que todo se termina ahí, no, de ninguna manera, nada más lejos de la verdad. El verdadero perdón debe de reconstruir lo que ha destruido con esa mala acción cometida, se trata de restaurar la confianza, el corazón lastimado, sanar la herida producida, es devolver lo que he robado a esa persona.
Las personas que causan heridas hacia su pareja, hijos, padres y amigos. muchas veces no están conscientes de cómo lastiman dañan y faltan al respeto a las personas que están a su alrededor, sin importar cuál sea el error, infidelidad, maltrato, falta de respeto o agresión. Por esta razón, al no tener conciencia de lo hecho, la persona que comete la equivocación sólo se limita a decir que lo lamenta y da por concluido el asunto.
El verdadero arrepentimiento trae cambios y estos son los que dictan que este es veraz, como el escuchar en forma seria y real a la persona herida, en todo lo que tiene que decir con lo sucedido y sobre cómo se siente, pero también debe haber cambios de conducta radicales de parte del que provocó la herida, así como buscar ayuda profesional si es necesario, sin dejar de lado el repasar e implementar valores morales que se han descuidado.
La víctima debe entender que, cuando alguien le lastima, esa persona no está haciendo lo correcto, por lo tanto, debe, por amor y responsabilidad a sí mismo restaurar su corazón, valorarse y poner límites, así como no permitir ningún tipo de agresión o cualquier conducta que le hiera.
El que ocasionó el error debe entender que el restaurar una relación que ha lastimado ocupa tiempo y trabajo duro para lograrlo, tiene que ver con despegarse del ego y centrarse en la responsabilidad de ordenar algo que se ha desordenado, debe hacer todo lo necesario para alcanzar esa meta de reconstruir. Y es que el fruto de la restauración es hermoso, sabiendo que, si se hace lo correcto, volveremos a una relación sana y funcional.
“Aprendamos a pedir perdón; pero también a no ofender. Sería más eficiente”.
