La creciente ola de criminalidad que enfrenta el país urge de medidas extremas, incluso aunque se tenga que pasar por encima de algunos derechos.
Al menos esa es la opinión del especialista en temas de seguridad, Gerardo Castaing, para quien imponer normas más estrictas a sus dueños, debe ser una medida que el Ministerio de Seguridad aplique ante el incremento de asesinatos donde este tipo de transporte es utilizado.
“Estamos liderando una guerra contra el narcotráfico y el lavado de dinero. La situación desde esa perspectiva tiene connotaciones de guerra, es una circunstancia especial y las medidas deben ser de ese nivel”, indicó a DIARIO EXTRA, el especialista quien además es presidente del Observatorio Internacional del Delito, una organización que se dedica a realizar recomendaciones en esta materia.
Lo primero es obligar al dueño de la moto a tener un chaleco y un casco con el número de placa impreso en él.
“El dueño de la moto deberá estar obligado a tener dos chalecos y si hay números distintos se debe aplicar una sanción”, indicó.
Además, la Fuerza Pública y la Policía de Tránsito deben estar alertas en operativos para detectar cuando esto no se cumpla o si para burlar la medida se utilice un chaleco distinto a la numeración de la placa.
SOLO UNO POR MOTO
La otra medida, que incluso se ha mencionado como una propuesta del ministro de Seguridad Michael Soto, es que solo se permita una persona por motocicleta.
Castaing cree que limitar a que solo una persona pueda viajar en motocicleta podría ser una buena medida, aunque eso no impide que el sicario pueda especializarse en disparar con una sola mano.
“Como criminólogo forense considero que son medidas válidas y se deben poner en práctica y ser apoyadas por la Asamblea Legislativa”, acotó.
Precisamente, Soto pidió a los diputados que integran la Comisión de Seguridad y Narcotráfico que este tipo de medidas se debatan dentro del Congreso.
El jerarca reconoció que hay un alto porcentaje de homicidios donde se combina el uso motocicleta y las armas de fuego.
“Esa combinación, más que viajen dos personas en una motocicleta, es una situación de alerta. Otros países han utilizado medidas que podrían ser útiles para el país. Yo sé que muchos se podrían sentir afectados porque utilizan la motocicleta como su vehículo principal y viajan con su primo, hermano, esposa, hijos o quien sea, pero lo que sí debemos hacer es propiciar un debate de ideas y ver qué le conviene más al país”, expresó Soto.
Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de enero al 20 de mayo del 2018, se contabilizan 35 homicidios donde el sospechoso se desplazaba en motocicleta. En 21 de los casos el móvil fue por ajuste de cuentas (ver recuadro).
San José es la provincia donde más se han presentado esta combinación mortal, seguido de Limón, Cartago, Puntarenas y Heredia.
Pero las motos no son utilizadas sólo para matar, los datos del OIJ indican que, en 1.211 denuncias por delitos como asalto, robo, robo de vehículo y hurtos, el sospechoso se desplazó en motocicleta.
Según un estudio Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) para el 2016, un total de 589.523 personas en nuestro país conducían motocicleta por motivos de trabajo o de uso propio, es decir un 18,7% del total de la población.
Sin embargo, este mismo estudio señala que más de la mitad de los conductores de motocicletas (un 53%) no cuenta con una licencia de conducir, lo que equivale a un total de 312. 874 motociclistas que andan en nuestras carreteras sin cumplir con los requisitos para hacerlo.
OTRAS MEDIDAS
Castaing propone implementar otras medidas como evitar que las luces rojas y amarillas de las sirenas que se utilizan en las patrullas estén encendidas las 24 horas.
“Un hecho de tanto repetirse se vuelve normal, y los delincuentes no tienen ningún factor de sorpresa ante las luces encendidas, se decía que hacían esto para que la gente se sintiera más segura, pero eso es un placebo, los delincuentes pueden detectar la aproximación de una patrulla hasta en 500 metros”, explicó.
Otra medida es restringir que los oficiales de Fuerza Pública utilicen los celulares para comunicarse en casos urgentes, y no que pasen “metidos en ellos” desconcentrados de lo que pasa a su alrededor.
“Ese oficial no está en alerta, el ver es captar y percibir cosas, pero la observación criminalísticamente hablando es un escrutinio mental activo que se hace con los sentidos dirigidos por la inteligencia”, señaló el experto.
Por último, Castaing cree que el policía debe ser una figura de respeto, no de confianza y no cree que debe existir esa cercanía con la ciudadanía.
“Debe ser amable hasta cierto punto con el buen ciudadano, pero con aquellos que ya son comprometidos con sus comportamientos en cuanto a los delitos, debe ser serio”, acotó.
PERIODISTA: Bharley Quirós Navarro
CRÉDITOS: Foto Archivo
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Lunes 25 Junio, 2018
HORA: 12:00 AM
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