Una cara factura paga el Gobierno por no tomar una determinación en cuanto a los directivos suspendidos del Banco de Costa Rica (BCR).
Actualmente, se les está pagando doble dieta, pues ganan los recién nombrados y los anteriores.
A la fecha, los directivos que están recibiendo el pago de la dieta sin asistir a una sola sesión, por decisión del Gobierno, son Segnini, Paola Mora, Evita Arguedas y Francisco Molina. Alberto Raven renunció a ese pago, pero por un tiempo se le retribuyó.
Los datos de la entidad financiera indican que hasta ahora se han desembolsado unos ¢33 millones de más y cada día que pasa la factura va subiendo, en época de austeridad fiscal.
El tema no se resuelve, a pesar de que ya pasaron nueve meses desde que estas personas fueron suspendidas de sus cargos, en la época del Cementazo.
Sin embargo, la Administración no contó con que estos reclamarían el debido proceso, lo cual entrabó su salida.
De los cinco suspendidos, algunos consideran que no es justo echarlos a todos en el mismo saco, como es el caso de la expresidenta del banco, Mónica Segnini y Francisco Molina.
Esto hizo que incluso el caso se llevara hasta el Tribunal Contencioso Administrativo, con la eventual consecuencia que tendría para el Estado, de una posible condena.
Cabe recordar que, en el caso de Gustavo Arias y Ronald Solís, fueron los únicos dos en acatar la solicitud de renuncia de la Administración Solís Rivera.
En ese entonces, el argumento de Casa Presidencial fue un informe de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) que mencionaba como un riesgo para el banco los problemas de gobernanza, dado los dimes y diretes en el seno de la directiva.
Al final de cuentas, estos continuaron cobrando y, por un tema de legalidad, el Gobierno tiene que dar razones de peso para su despido, pues en caso contrario debe proceder con su reinstalación.
Cada vez que sesiona la junta, a cada directivo se le pagan ¢209 mil, aunque no asista. A esta suma se le retiene el 15% por concepto de impuesto sobre la renta, de modo que terminan recibiendo ¢177.854.
Se paga una dieta por sesión hasta un máximo de cinco al mes, incluyendo reuniones extraordinarias, comunicó el BCR.
El banco también dijo que ninguno de los directivos suspendidos ha renunciado a la dieta, con excepción de Raven.
“A la fecha, no se ha recibido notificación alguna”, señaló la entidad financiera con respecto al proceso que se sigue en el Consejo de Gobierno.
PERIODISTA: María Siu Lanzas
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Miércoles 13 Junio, 2018
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