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Espectáculos

Cafeterías no cobran consumo, solo el tiempo que pasas en ellas

  • El anticafé se presenta como un espacio de disfrute y relax, pero también de intercambio profesional. (SEP)

  • Estos locales ofrecen también barra libre de impresoras, videoproyectores y escáneres. (SEP)

  • El fundador es un joven ucraniano que decidió crear en París el espacio que él buscaba como estudiante y nunca llegó a encontrar.

  • El primer anticafé europeo abrió en 2013 en París. Hoy en día hay tres en París, 1 en Roma y anuncian nuevas aperturas en el resto de Europa. (SEP)

Francia. (SEP) - Estas cafeterías denominadas “anticafés” ofrecen espacios tan acogedores que provocan que los clientes se sientan como en casa, son todo un revolucionario modelo que ya conquistó Francia, allí “todo es gratis, menos el tiempo”.

Se trata de un estilo creado originalmente en Moscú, que nació como un proyecto social basado en la idea de un lugar tranquilo, donde uno pueda tomarse un café, hacerse su propia comida, trabajar, leer o estudiar únicamente pagando por el tiempo que se “consuma”.

Más que un establecimiento, es todo un movimiento, una filosofía que entiende que las cafeterías han de ser lugares de encuentro en los que debe facilitarse navegar por Internet, encontrarse con amigos, trabajar en grupo, disfrutar juegos de mesa, por eso cuentan con más de una docena, e incluso echarse una siesta.

Por tal motivo los creadores de este sistema ofrecen que el visitante del local pague por el tiempo que pasa disfrutando de las instalaciones, en lugar de por las bebidas que consume o el desayuno que toma…

 

Y NACIÓ “ANTICAFÉ”…

El creador de estos singulares negocios asegura que mientras estudiaba en París se dio cuenta que echaba de menos una cafetería en la que pudiera pasar el rato, no ir a tomar algo y tener que marcharse después y que, de hecho, el no encontrar ningún establecimiento así para trabajar con sus compañeros terminó de convencerlo, pues un día estaba buscando un sitio para hacer un trabajo de grupo con algunos amigos y el único sitio que encontraron, aunque les sirvió, no era un lugar diseñado para tal fin.

Hoy, con cinco sedes en la capital francesa y previstas para dos nuevas en París y una en Estrasburgo, además de la expansión en Bruselas, Ámsterdam, Suiza y España, se han convertido en una de las alternativas preferidas de muchos.

Lo que las hace tan atractivas es que todo se basa en tener una relación muy abierta y honesta con los usuarios. Esta además, según dice el propietario, es muy cercana, pues los clientes "no solo vienen para beber algo o comer, simplemente llegan a disfrutar de un rato aquí". Esto, en su opinión, genera "una gran diferencia en los hábitos de uso" en comparación con cualquier otro establecimiento.

 

COMO EN SU PROPIA CASA 

Tal parece que los clientes más fieles son creadores: emprendedores, freelancers, estudiantes y otros, a quienes este modelo les provee lo que necesitan sin la presión de tener que estar pidiendo una bebida o abandonando el lugar. Además ahí tienen todo lo que necesitan para trabajar: impresora, escáner, proyector, Wi-Fi y muchos más enchufes que en cualquier otra cafetería, según explica el dueño.

Aunque posiblemente lo que hace especial el lugar sea esa atmósfera hogareña y la relación que los encargados procuran cada día establecer con sus visitantes. Los empleados saben que deben tratar a los usuarios como si estuviesen invitados en su propia casa. De tal forma que ponen todo su esfuerzo en crear una comunidad armoniosa, amparada por supuesto en el buen rango de precios que manejan.

De hecho, el pago por disponer del establecimiento como si fuera tu propio espacio de recreo puede ser de €3 la hora (casi ¢3.000) si te haces socio o de €5 si no lo eres. Y si prefieres tener acceso 24 horas al anticafé solo debes pagar €24. 

El mundo ha cambiado, como vemos se trata de un lugar donde te dejan quedarte todo lo que quieras, pues no se paga por consumo sino por horas, tal como dice su eslogan, “Se paga solo el tiempo que pasas, lo demás está incluido”.

Esto quiere decir que por ese precio puedes beber (cafés, tés y refrescos), comer (bocadillos dulces y salados), navegar por Internet (conexión Wi-Fi de banda ancha), disfrutar juegos de mesa y escoger dónde sentarte: si en una silla, en una butaca de orejas o bien, si lo prefieres, en un sofá como si estuvieras en casa… ¡Qué más se puede pedir!...

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Jueves 24 Mayo, 2018

HORA: 12:00 AM

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