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Opinión

Estado Laico, ¿un Estado ateo?

Yirlany Alvarado López

Debido a los movimientos que se han llevado a cabo en los últimos meses, al miedo infundido por los medios de comunicación informales, envueltos en una campaña amarillista, así como un sin fin de comentarios con orígenes inciertos; hemos logrado que la sociedad costarricense posea un concepto de “Estado Laico” erróneo y opuesto a lo que en realidad se refiere.

Vivimos en un país en el cual gran parte de su población es fiel a las religiones; una práctica heredada de nuestros antepasados luego de la colonización española, que no ha sido dejada atrás y que, por el contrario, ha sido una parte fundamental en la formación de la cultura costarricense a través del tiempo. Forma parte de nuestra crianza, siendo impartida tanto en escuelas como en colegios, implementándose de esta manera como un camino natural en nuestras vidas. Cabe destacar que Costa Rica es conocida por ser un Estado en el cual sus habitantes fundamentan sus valores en la creencia de uno o varios seres supremos, tanto en la Gran Área Metropolitana, como en los lugares más escondidos de este país con poca comunicación al exterior.

Entonces, ¿Qué es a lo que le teme la población costarricense al escuchar las palabras “Estado Laico”? 

Ha sido una dosis profunda de mala información y datos incompletos durante los últimos meses, en el cual las campañas políticas y los debates sociales desinformados, han distorsionado el verdadero significado de la laicidad y lo han confundido con el ateísmo. 

Una sociedad de raíces religiosas, en donde sus jóvenes son practicantes de esta, realmente teme la idea de “negar” a un ser supremo, en este caso el de la Iglesia Católica, y avanzar hacia la deriva sin una creencia que nos identifique como pueblo. Un Estado sin el reconocimiento de la Iglesia Católica como su religión oficial, es tomada como un corte de raíz de todo lo que conocemos, negar los pasos que han seguido por años las familias costarricenses y un país en el cual todo será permitido ya que no estará ligado a una creencia en particular.

Un Estado ateo, es uno el cual niega la existencia de un Dios, caso contrario a un Estado Laico que únicamente separa la religión de la política, respetando la libertad de culto sin exclusión alguna. Por lo tanto, con el significado de Estado Laico, ¿convertir a Costa Rica en uno significa un declive o una distorsión de la moral en la sociedad costarricense?

Las razones por las cuales un Estado Laico es un sistema utilizado en casi la totalidad del mundo tienen sus orígenes desde muchos años atrás. Un ejemplo de esto es Martín Lutero, que en el siglo XV inició un movimiento contra la participación del Estado en conjunto a la religión católica que se profesaba en Alemania. Algunos de sus motivos fueron la manipulación de masas utilizando la fe para fines lucrativos y personales, promovidos por el poder; y la falta de acceso de los creyentes a las escrituras bíblicas. 

A partir de esto, en donde La Religión es el opio de los pueblos (Karl Marx 1844), consiste en una de las razones por las cuales se ha optado por eliminar la participación de la religión como tal en la política ya que esta representa solo a una parte de la población y no a la comunidad en general, imponiendo ideas que no son compartidas por todos los ciudadanos.

 Recordemos que uno de los objetivos que tiene el Estado con su pueblo, es la búsqueda de la felicidad para cada uno de sus habitantes -según la creencia de los antiguos filósofos tales como Platón y Aristoteles- por lo tanto, en nuestra época, debería ser un gobierno inclusivo ya que todos profesan diferentes creencias.

Cabe destacar que somos el único país de America con un Estado Confesional en el cual la religión católica se encuentra ligada a nuestra política, y la ciudad del Vaticano se suma a la corta lista de gobiernos con este sistema. Por consiguiente, Costa Rica seguirá siendo un país creyente, con los mismos valores éticos y religiosos que las familias han proporcionado a sus miembros durante el transcurso de los años; no nos volveremos un país en donde el cierre de iglesias, persecusión de creyentes y discriminación por la fe, será impulsado por nuestro sistema politico.

Si hablamos de inclusión, no toda la población profesa la religión católica y nos encontramos en un sistema que reconoce solo esta creencia como la oficial, ¿realmente el catolicismo es el único medio que poseen las familias de crianza y fundamento para la enseñanza de valores? ¿Costa Rica no está lo suficientemente diversificado para poseer otras vías no “tradicionales” de perpetuación de la moral?

Costa Rica es un país en el cual el catolicismo no forma parte de toda la población, cada año los porcentajes de practicantes disminuye considerablemente mientras que otras creencias aumentan en popularidad y seguidores.

¿Qué teme verdaderamente nuestra sociedad? ¿El desligue del Estado con la religión, o la realidad del deterioro social y humano que poseen nuestros ciudadanos?

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Jueves 26 Abril, 2018

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