El ejercicio físico es reconocido por los beneficios que se obtienen al practicarlo en forma rutinaria para personas sanas. Sin embargo, el médico deberá saber prescribir programas individuales para pacientes que han sufrido lesiones musculares, óseas o infartos del miocardio. El preparador físico debe tener conocimientos de estas lesiones para iniciar un programa de ejercicios sin efectos colaterales. El movimiento orientado hacia el buen estado físico y una vida activa no tiene barreras de edad o sexo. Es más fuerte entre jóvenes, pero sus efectos se han evidenciado en personas de mediana edad y aún entre ancianos, por ejemplo en los Estados Unidos hay competencias de tenis para jugadores mayores de 80 años. El apego de los ejercicios físicos es un fenómeno social y la comunidad médica debe apoyarlo con gran entusiasmo; como resultado, la población es más sana tanto física como mentalmente y tiene mayores conocimientos e interés por su salud. A medida que el paciente practique sus ejercicios en forma rutinaria, aumentará el interés de los médicos en lo referente al ejercicio. Sin embargo, en cuanto a problemas de salud, para el médico es importante saber cuándo deberá recomendar o aprobar un programa de ejercicios para un determinado paciente y cuándo deberá prohibirlo. El ejercicio físico no exagerado puede mejorar el estado físico del practicante y su salud en general principalmente en el sistema cardiovascular. Existe buena evidencia de que las personas que hacen ejercicio tienen una mayor probabilidad de sobrevivir al infarto del miocardio. Aunque el ejercicio puede prevenir la enfermedad cardiovascular crónica y aguda. La actividad física es también útil para controlar el peso, fortalecer y vigorizar el aparato musculoesquelético y para mantener la salud mental; ya que no solo estimula sustancias que aumentan la transmisión y comunicación de nuestras neuronas, sino que también nos mejora la memoria y el estado de ánimo. También en la parte de nuestro sistema digestivo, a medida que se hace actividad física, permite mejorar nuestros hábitos alimentarios, obteniendo una mejor nutrición , disminución de la fatiga física y mental, logrando también mejorar nuestro tránsito intestinal y se evita el padecer estreñimiento. En las mujeres el ejercicio puede mejorar los problemas relacionados con la menstruación y la dismenorrea. Las contraindicaciones del ejercicio pueden darse en personas que han sufrido lesiones cardiacas, ortopédicas, obesidad mórbida o cirugías muy grandes que les pueda poner en riesgo la salud; no obstante, con una buena asesoría médica pueden ir poco a poco integrándose a programas de ejercicios para rehabilitación de este tipo de lesiones.
Se ha observado que las personas que han practicado ejercicio físico en forma regular en alguna etapa de su vida son las que alcanzan resultados más rápidos en su rehabilitación, contraria a las que nunca han hecho ejercicio físico. La única limitación para no hacer ejercicios son nuestros pensamientos negativos hacia el ejercicio y la pereza de realizarlos; pero cuando iniciamos un programa de ejercicio los beneficios son obtenidos al poco tiempo de practicarlo. Nos pueden acompañar por el resto de nuestras vidas dándonos grandes satisfacciones y felicidad.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dr. German Naranjo Montero
EMAIL: [email protected]
Lunes 16 Abril, 2018
HORA: 12:00 AM
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