Centros educativos son tierra de nadie
Editorial
Antes, cuando los padres enviaban a sus hijos a la escuela o al colegio sabían que iban a estar bien y que su vida no iba a correr peligro; sin embargo, ahora esos lugares son tierra de nadie, pues se presentan situaciones anómalas sin que se haga algo por solucionarlo.
Cómo es posible que 3 tipos ingresen a un colegio desamparadeño para amenazar a un alumno por un tema de drogas. ¿Será que nadie lleva el control de quién entra a esos lugares?
Los padres de familia nos cuestionamos qué clase de seguridad hay en las escuelas y colegios. Los delincuentes ya vieron que es fácil infiltrarse, solo se ponen un uniforme y listo.
Al paso que vamos, un día desvalijan a todos y no saben quién fue; la seguridad deja mucho que desear.
Se salvaron de que esta vez no pasó nada, pero pongámonos a pensar mal: ¿Qué habría sucedido si en lugar de amenazar entran con la idea matar al jovencito? Probablemente ahora hablaríamos de una desgracia.
En estas balaceras los gatilleros no se fijan en la cantidad de personas que hay donde se encuentra su objetivo y arrasan con todos, no les importa nada.
No estamos muy lejos de llegar a los casos de las escuelas en Estados Unidos, donde a cada rato se arman tiroteos sin que nadie haya detectado las armas. Según el estudiantado, eso pasó en el colegio desamparadeño, pero las autoridades del centro lo negaron que los sujetos entraron con pistolas.
Esta situación debe encender las luces de alarma, si llegaron personas ligadas al narcotráfico hace pensar que este estudiante que buscaron para amenazarlo anda en algo no muy bueno y hasta puede embarcar a los compañeros.
Pero a esto hay que sumarle la clase de gente que está cargo de los muchachos, que tiene costumbres un poco extrañas y lejanas a la moral. Por ejemplo, el caso del director de un centro educativo que condicionó una ayuda económica a un alumno si la persona que está a su cargo accede a tener relaciones. ¡Qué barbaridad!
Esto es inaudito, lo peor de todo es que al parecer no es la primera vez que una situación de estas ocurría, sin embargo no fue hasta que la señora decidió denunciar que aparecieron otros casos.
Lo peor de todo es que así como le ofreció algo a una madre, abuela, tía o encargada a cambio de sexo, lo mismo puede ocurrir con una estudiante aprovechándose de su inocencia.
Como este hemos visto otros casos, donde a los culpables terminan trasladándolos a oficinas administrativas, casi que premiándolos por su mal actuar, o tan solo los cambian de colegio sin que nadie verifique si han vuelto a hacer de las suyas.
Y otro de los temas que sin lugar a dudas tiene los centros educativos patas arriba es el bullying. En estos días agredieron a un niño por no querer golpear a una compañerita. ¡Increíble!
¿Y dónde están los docentes? ¿Qué pasa si matan a un alumno? ¿Todos se lavarán las manos?
El jovencito agredido recibió un fuerte golpe en la cabeza y oreja, al punto que requirió varias puntadas y lleva varios días en el hospital. Muy preocupante este asunto.
Sabemos que la educación debe ser obligatoria para todos, sin embargo qué complicado tener estudiantes que repiten los grados, que ya no cuentan con la edad para estar en ciertos centros educativos e incluso son muy mañosos.
Ante esta situación, el Ministerio de Educación debería analizar qué posibilidades hay para esos jóvenes, que muchas veces uno no sabe si de verdad quieren estudiar y llegar a ser alguien en la vida o si solo van porque sus papás los obligan.
Hay que hacer algo para resguardar al resto del estudiantado, se supone que van a aprender y no a ser atemorizados por los matones.
Hacemos el llamado al MEP para que las escuelas y colegios no sigan siendo tierra de nadie. Debe haber medidas fuertes antes de que ocurran tragedias.
