Hemos conocido muchísimos lugares curiosos para crear alojamientos de recreo, elegidos por vacacionistas deseosos de hallar un sitio que salga de lo común, desde barricas de vino, contenedores, vagones de tren etc., por lo que un helicóptero no tendría por qué sorprender.
Sin embargo, lo curioso es esa búsqueda de las personas por espacios diferentes, una tendencia que ha impulsado un negocio que crece como la espuma y brinda la posibilidad de reutilizar espacios y estructuras que no son ni tan grandes ni tan chicos, pero sí adaptables, para que sean utilizados como habitaciones por breves periodos.
La tendencia se ha denominado “glamping” y según sus seguidores es una de las mejores alternativas a la hora de disfrutar las vacaciones.
La palabra que más pronto que tarde tendrá su entrada en el diccionario de la RAE resume en un solo concepto una nueva forma de camping que se ha popularizado mucho en todo el mundo.
Es la combinación de glamour y camping, aunque en realidad, resulta contradictoria la asociación de ambos conceptos.
Uno de los aspectos de esta tendencia es que la persona sea gratamente sorprendida con un tipo de alojamiento que da una patada a tu rutina y a la vez te envuelve en un seductor abrazo, debido al relativo e inesperado confort que te ofrece.
ENCANTO POR ENCIMA DEL LUJO
Si bien está muy de moda en este momento, la historia de glamping se remonta a hace más de un siglo, pues los ricos occidentales que visitaban África hacían que sus viajes fuesen lo más cómodos y lujosos posible.
Ha tomado mucho tiempo para que este tipo de acampada se convirtiera en el fenómeno actual, de oferta de alojamiento que busca sorprender al huésped mediante la generación de nuevas experiencias sensoriales.
Si siempre te ha gustado la idea de acampar, pero rechazas sus reales incomodidades, esta versión con más estilo podría ser lo tuyo, ya que te da los mismos beneficios, pero sin ninguna de sus molestias, pues los campamentos siempre se han entendido como un medio para salir a la naturaleza, relajarse, lejos del estrés de la gran ciudad y pasar algún tiempo mirando a un cielo estrellado.
Puedes hacer todo esto en un propósito de viaje glamping pero sin tener que vivir ningún tipo de incomodidad, sino que por el contrario puedes esperar acceso a instalaciones tipo hotel: como buenas camas, cuarto de baño privado y buena calidad de la restauración.
El viajero actual desea “el encanto por encima del lujo” y en este marco, la elección del alojamiento es primordial, ya que se convierte en un espacio que va más allá de una simple estancia, un espacio privado, protegido, en el cual el cliente desea estar y tomar su tiempo, no solamente dormir.
EN HELICÓPTERO MILITAR
Una de las cosas interesantes acerca de glamping es su relativa diversidad de alojamientos poco comunes en que se puede encontrar, como por ejemplo la increíble experiencia de hacer camping en un helicóptero militar.
Una original idea de un matrimonio escocés, que adquirió una aeronave Sea King de la Marina Real británica en una subasta y lo convirtió en una residencia de lujo.
Sin duda, es una vivencia muy diferente a pasar una noche en una tienda de campaña o en una caravana.
Este singular helicóptero-casa, que está instalado en una granja propiedad de la pareja, fue habilitado como alojamiento después de una gran remodelación durante la cual le instalaron nuevos rotores, hélices renovadas y obviamente se ha pintado todo el aparato con el tradicional tono gris.
En su interior podremos encontrar una habitación de 17 metros de largo, que incluye agua, luz y wifi. También dispone de una cama doble, otra para tres personas y una individual, con una capacidad total para cinco individuos (dos adultos y tres niños).
Además, se ha reparado la iluminación, para cuando llegue la noche, el ambiente sea similar al de un helicóptero cuando va a despegar. Todo el habitáculo ha sido acondicionado con paneles de madera, para no pasar frío en invierno y en verano se sienta más fresco.
Este helicóptero-hotel está orientado de manera que sus inquilinos puedan disfrutar de unas espectaculares vistas panorámicas, a los campos que rodean la cabina de pilotaje, la cual conserva su diseño original, con el clásico panel de control de estos aparatos, con los interruptores en el techo.
Eso sí, se han sustituido los asientos por otras butacas giratorias, y se ha colocado una mesa que sirva para que los huéspedes puedan comer lo más cómodamente posible.
Para que entre la luz se ha puesto una claraboya, además de una puerta de cristal en uno de los laterales de la aeronave.
Lo que se ha eliminado ha sido el solar. Este espacio se aprovechó para instalar una cocina pequeña de acero inoxidable y una ducha.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Jueves 22 Marzo, 2018
HORA: 12:00 AM
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