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Opinión

En la recta final del proceso electoral del 2018

Hugo Bonilla Campos*

Dos agrupaciones en la palestr irán a buscarla Presidencia de la República: Restauración Nacional emergente con fuerza en esteproceso, y PAC”, partido político oficialista, gobernante, que termina su primer período quedando a deber mucho al pueblo de Costa Rica. Con defectos y virtudes, aciertos y muchos desaciertos. Es lógico en cualquier partido que gobierna por primera vez, y no ha contado con los mejores exponentes del

Pensamiento nacional. Poca experiencia, inestabilidad de los titulares en el ejercicio del poder. Preocupación por forjar una línea snobista de tesis de Otras culturas, mandando en ideologías, inspiraciones del mundo anglo Sajón en muchos temas, sobre el caballo de los“derechos humanos y Utilizando medios, recursos económicos, técnicos y políticos.Todos ellos Son llevados a polarizar a pueblos y culturas menos afortunados del planeta.

Muchas naciones nórdicas desarrolladas y ricas materialmente, pero erosionadas en cuanto a valores morales y éticos a pesar del progreso de la época tecnológica.

Emerge otra agrupación política, con menos experiencia y raigambre para abordar los problemas nacionales que son sustanciales, para saber desechar lo que es irrelevante. Ojalá unos y otros reconozcan su falta de visión racional y se centren en la solución de los problemas fundamentales que afectan a la Nación.

Que piensen en la unidad del país para superar tantas situaciones: saneamiento de la economía, déficit fiscal, endeudamiento interno, poca inversión interna y externa para generar empleo, que tanto nos falta para los jóvenes, contención del gasto público, inseguridad ciudadana, narcotráfico, la corrupción sistemática, el contrabando fatal, la mala recaudación fiscal, su evasión, el crimen organizado, desarrollo de la obra pública y su ejecución, el tráfico de influencias, la violencia, la política crediticia, la equitativa propiedad de la tierra, vivienda, infraestructura y los centros de producción. Que se de a los ciudadanos mejor educación, atención médica, libertad política, económica y social. Control fronterizo, leyes migratorias más depuradas. Son muchas las situaciones a las que se les debe “meter el diente”. Masticar bien para obtener resultados positivos para todos. Que el tejido social se rejuvenezca. 

Que se distribuya mejor la riqueza y se tengan salarios dignos y justos para vivir. Que se fortalezca el régimen de pensiones con un sistema centralizado y unificado el sistema. Que él cobije a todos. Que no se escandalice con privilegios abismales, que son un pecado, y que claman al cielo en demanda de justicia en favor de los más desposeídos.

Para salir avantes ante tanto reto, quien dirija al país busque en tiempo y fuera de tiempo la unidad de todos los hombres de bien de esta patria. Los hay y muchos. Hay que abrir la mente y el corazón.

Elevar el espíritu, pues hemos nacido para cosas mayores, siendo solidarios, humildes y sencillos. No pensar que se tendrá el monopolio del poder y la verdad para gozar de impunidad. En una sociedad tan plural, tenemos que respetarnos mutuamente y saber ceder posiciones e intereses. Entonces perder, pues juntos lograremos mejores soluciones. Ganamos todos.

Debemos enseñar y convencernos del respeto a la libertad personal, y de las minorías, para que éstas no pretendan imponer sus criterios a las mayorías. Sobre principios no hay negociación. No podemos seguir callados viendo las decisiones erráticas de los titulares del poder y un eventual continuismo. Hay que denunciar para mejorar. Decía Santa Catalina de Siena: “Hay que gritar, no hay que callar, porque de tanto callar el mundo está corrompido”.

En este extravío todos tenemos cuota de responsabilidad, por omisión o comisión. No podemos permitir que este tren se descarrile y caiga en abismos más profundos.

Señores candidatos a la Presidencia: hay muchos hombres que quieren matar a Dios y niegan la existencia de Dios. Quisieran que las personas lo saquen de sus corazones. Creo que si no existiera habría que inventarlo. Apunte por su existencia y providencia. Superemos el vacío del desamor. Ustedes, también, desde su cargo, y quienes colaboren en el esfuerzo restaurador del país. Traduzcan el amor en servicio. Especialmente a los más pobres y marginados por el egoísmo de los que tienen mucho, y son detentadores del poder. No abusen de él. Es un mandato que lo da un pueblo para unidad, servicio y honradez.

Traduzcan la creencia en hechos. El amor es el lenguaje universal que hablamos todos los humanos. Está en el corazón a pesar de las diferencias y egoísmos. No necesita intérpretes ni traductores. Es Dios hecho Palabra Eterna, encarnada. En nombre de esa Palabra busquen y llamen sin egoísmo ni cálculo a los ciudadanos con bandera partidista o sin ella. Que nos cubra a todos el pabellón tricolor.

Deseo acotar que es deber moral de los partidos políticos, que en el pasado gobernaron, colaborar. Como humanos tuvieron aciertos y equivocaciones. Ahora están todos juntos en el Congreso.

Los partidos deben colaborar con sus equipos en los diversos campos del que hacer. Olviden los revanchismos, la cabanga y la amargura de la derrota. En política sabemos que perder no es aceptable fácilmente.

El poder tiene sus mieles, privilegios y repliegues. Los problemas del país se deben enfrentar unidos. Todos. Lo requiere la Patria, herida, saqueada, prostituida, estafada y vilipendiada. Nadamos juntos o nos hundimos en el profundo océano de problemas humanos, morales y estructurales que tienen enfermo, ya agónico, al país.

Paguemos a Costa Rica con el mismo amor, paz y bien que nos ha dispensado. Los gobernantes algún día serán llamados por el Eterno a rendir sus cuentas por el maltrato a la Patria por olvidar el daño causado, y cohonestar con la impunidad al amparo del poder político escandaloso. Pedir perdón por el pecado. 

Con todo respeto a mis hermanos ticos.

 

*Presbítero, abogado y notario.

 

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Martes 20 Marzo, 2018

HORA: 12:00 AM

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