¡A mis hijos los educo yo! (con ayuda de Maluma)
“La primera se desespera | Se encojona si se lo echo afuera | La segunda tiene la funda | Y me paga pa’ que se lo hunda”, escuchamos a Maluma en cualquiera de las emisoras más populares de corte juvenil a cualquier hora del día.
Todas las personas somos seres sexuados. Los y las jóvenes adquieren conocimiento sobre sexualidad y afectividad de las más diversas formas y en los más diversos contextos. Quien no quiera aceptarlo peca de ingenuidad, hipocresía e irresponsabilidad.
Que lo contradiga quienquiera con acceso a internet y compruebe que acceder a la pornografía es fácil, gratuito y discreto y compartirla, también. O quien vio el pasado diciembre los Toros de Teletica enfocando traseros y escotes de mujeres mientras los presentadores masculinos exclamaban “uuuuy”. O quien compre este periódico. O quien sintonice la radio a cualquier hora del día.
Las anteriores son las situaciones cotidianas en medio de las que nos desenvolvemos las personas, incluidos las y los jóvenes, los niños y niñas en ambientes normales. La tele de la casa, la emisora de radio de la buseta, el periódico, el celular que prácticamente todos tenemos.
Me corrigen, pero no me he enterado yo de ninguna marcha o amenaza de padres y madres de familia contra algún medio de comunicación por la difusión de contenido hiper-sexualizado, por lo general desprovisto de contexto y afectividad, pero sí muy misógino.
Mientras que 34 muchachas (¡muchas de ellas niñas!) de entre 12 y 19 años dan a luz cada día, casi mil personas fueron diagnosticadas con VIH el año pasado, hay acoso sexual en los trabajos, en las familias y en las calles (denunciado y callado) y cada vez más personas son víctimas de porno vengativo, a los padres y madres de familia costarricenses les resulta más importante combatir (de forma súper agresiva, por cierto) un programa educativo que lo que busca es que sus hijos e hijas cuenten con las herramientas (conocimientos, respuestas emocionales, actitudes) para filtrar y discernir ese mar de información hiper-sexualizada en que quiéranlo o no están inmersos, y que les permita asumir y apropiarse de su sexualidad, ejercer sus derechos y tomar decisiones responsables, donde prevalezcan el cultivo sano de su propia autoestima y el respeto por los demás.
Considerar el placer y el bienestar como elementos necesarios de una sexualidad con afectividad y promover el respeto a las personas de orientaciones sexuales diversas (creo que ese es el invento de la ideología de género) les parece nefasto para sus sagrados valores familiares.
Si esos padres y madres creen que con un sermón en sus iglesias satanizando el sexo y las orientaciones sexuales diversas colocarán a sus hijos e hijas en burbujas intocables de pureza espiritual (lo que sea que eso signifique), ni modo. Firmarán la carta de oposición y asumo que quedarán muy tranquilos de que a cualquier hora del día, Maluma estará disponible para enseñarles a sus hijos e hijas lo que deban saber para una vida sexual y afectiva plena y segura: “Me acuerdo de la otra vez | Cuando te di en toas’ las poses y en cuatro te grabé | Desde que me pegué, me clavo to’ los culos que salen en la T.V. | Pero tú estás más dura, te hiciste el culo, las tetas y la cintura | Contigo me voy a capela sin armadura”.
Lo “único” malo es que las consecuencias que resulten de dicha ignorancia preservada con tanto esmero por estos padres y madres, inevitablemente trascenderán su ámbito próximo, terminando por afectarnos a todos como sociedad que comparte este país para bien o para mal.
