…Y sigue el derroche de dinero

Editorial

Estamos cansados de escuchar al gobierno decir que no hay plata, que se requieren más impuestos, que urge pasar el plan fiscal porque de lo contrario el próximo presidente tendrá difícil la labor de gobernar.

¿Por qué si les preocupaba tanto el tema de las finanzas públicas no se zocaron la faja para ver si no dejaban al país en una situación tan caótica? En su lugar, el Presidente y sus ministros prefirieron seguir viajando y dándose la gran vida, antes de recortar gastos por el bien de Costa Rica.

Además, hasta donde sabemos no se paró ninguno de los gastos que tanto se criticaron de otras administraciones. Son muy buenos para criticar, pero muy malos para hacer las cosas diferente.

En ciertos lugares siguieron comprando sillas de medio millón de colones, muchos continuaron comiendo manjares a costa del pueblo y ni que decir de gastos en artículos superfluos, que en nada ayudan a agilizar o mejorar el trabajo.

Una vez más queda demostrado que todo esto lo dicen de los dientes para afuera porque siguen derrochando el dinero del pueblo a manos llenas, sin importarles que quienes terminan pagando los platos rotos somos nosotros, los de a pie.

Una vez más en esta administración, la del cambio, un cambio que nos quedamos esperando y nunca llegó, nos damos cuenta que es más de lo mismo porque ahora resulta que pagaron un monto superior a ¢200 millones por unos instrumentos que no servían y otros no llegaron al Sistema Nacional de Educación Musical.

Nos preguntamos entonces cómo el Ministerio de Cultura y Juventud aguantó que se lo bailaran de esta manera. ¿Será que en esta cartera a todo mundo le da lo mismo lo que se hace o deja de hacer con la plata del pueblo?

¿Será que alguien se benefició al adjudicar a una empresa que fue cuestionada en el pasado? Porque como casi todo en este gobierno, parece que estar irregular más bien es requisito indispensable para ser escogido en un proceso licitatorio.

Aquí lo que falta es que empiecen a meter a la cárcel a la gente que se preste para estas situaciones anómalas, porque muchos ven cómodo hacer lo que les da la gana sin que al final pase nada.

Un claro ejemplo de esto es el Festival de las Artes, que al final no se llevó a cabo. Pero lo que nadie toma en cuenta es la cantidad de plata que se perdió y de la que nadie se hizo responsable porque parece que a nadie le importó.

Es un hecho que si los involucrados hubieran tenido que pagar ese dinero o si hubiese salido de sus bolsillos lo habrían cuidado como la niña de sus ojos, porque así es, si es mío lo cuido, si es de los demás lo despilfarro sin control.

Si meses después de adjudicada la licitación empezaron los problemas, no entendemos cómo el Ministerio no tomó el toro por los cuernos y de una vez anuló el proceso, pues si se compraron los instrumentos es porque se necesitaban.

Como pueblo tenemos derecho a pedir respuestas porque al fin y al cabo el derroche de recursos que hacen los gobernantes y su séquito termina perjudicando a los de a pie, a los que tenemos que ver cómo pagamos impuestos y cómo estiramos la plata para comprar comida, pagar recibos y los pases del bus.

Basta ya de esta situación. Hay que ponerle un alto y no permitir que sigan viéndonos la cara, pues mientras ellos se dan vida de millonarios, muchos de nosotros tenemos que ver qué comemos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 23 Febrero, 2018

HORA: 12:00 AM