El corredor literario es una de las secciones con que desde siempre se ha contado en el festival Transitarte, sirve para que los amantes de la lectura puedan tener contacto con muchos escritores ticos independientes.
Para la edición 2018, del 16 al 18 de marzo, ese grupo está pegando el grito al cielo ante lo que considera un cobro desproporcionado y excesivo.
“En el pasado, las y los escritores costarricenses contaban con el invaluable apoyo de la Municipalidad de San José, nunca se pagó un monto superior por participante de ¢7.850, incluía 3 días de feria”, comentó Leonardo Vásquez, representante de los escritores.
Este año no solo la Municipalidad se va a encargar del espacio, sino que la Cámara Costarricense del Libro está también involucrada, por lo que se fijó la cuota en ¢105.000 por escritor.
“Es una cuota desproporcionada que elimina la participación de este sacrificado y abnegado grupo de escritoras y escritores nacionales, del corredor literario”, afirmo.
Según él, la única intención de esto es dar paso a consorcios económicos y a pensamientos extranjeros, despedazando lo que califican como la verdadera identidad como ticos.
“La libre expresión literaria del costarricense está de luto, fue coartada por intereses mezquinos de unos pocos, para dar paso a consorcios económicos y voces extranjeras que desplazan la creatividad, el esfuerzo y conocimientos de las y los escritores nacionales independientes”, comentó.
DIARIO EXTRA consultó a la Municipalidad ante el malestar expresado por los escritores.
María José Callejas, jefa interina del Departamento de Servicios Culturales, aseguró que el cobro está justificado.
“Los números están abiertos y son consecuentes con la siguiente lógica: toda actividad comercial se regula mediante un cobro de uso de espacio público y de patente temporal. Vender un libro, vender un jabón artesanal, vender una jalea, vender un collar de vidrio fundido; todos forman parte de una actividad comercial y aportan a mover la industria cultural del país”, expresó.
Incluso destacó que el costo real de cada puesto para el Transitarte es de ¢175 mil, pero solo se cobra un 60%.
“El costo cubre servicio de montaje y desmontaje de toldo, sillas, mesas, seguridad privada, pero adicionalmente cuentan con el servicio de seguridad ciudadana, gestión de residuos sólidos, publicidad y exposición.
A estos beneficios se tiene que adicionar: participar en un punto de venta con una afluencia de más de 150 mil personas en tres días en un festival con 13 años de posicionamiento”, recalcó.
Además negó que esto fuera culpa de la Cámara del Libro, por el contrario, dijo que es gracias a ellos que se puede cobrar menos por los espacios, ya que subvenciona el 40%.
“Este año a diferencia del año pasado queremos ampliar la
invitación a editoriales, librerías, libreros y autores independientes y así ofrecer una gama muy variada a la ciudadanía”, afirmó.
Sin embargo, ante esto parece que el alto costo les hará imposible asistir a muchos autores independientes.
