¿Y si todos hacemos Patria?
Marcela Chacón
El 4 de febrero quedó atrás y, con él, la campaña política para la primera ronda. Nueve días han pasado y pareciera que no hemos entendido la situación actual en su justa dimensión. La democracia habló, hay dos candidatos que pasaron a segunda ronda y uno de ellos será el próximo Presidente de la República. Puede ser que nos gusten o no, pero que uno de los señores Alvarado en esta carrera hacia Zapote llevará sobre sus hombros el complicado, siempre criticado pero honroso cargo que lo investirá como nuestro máximo jerarca para el cuatrienio que iniciará el 8 de mayo, es la pura verdad.
Siempre es más fácil buscar el pelo en la sopa que tratar comprender las ideas de los demás, particularmente si no coinciden con las nuestras; sin embargo, allí es donde radican la madurez y la inteligencia emocional de las personas y de forma particular se hacen patentes en los temas relacionados con la política. He declarado que como muchos ciudadanos costarricenses estoy estudiando las propuestas de ambos candidatos y que tengo una balanza en la que coloco a diario los que considero los pros y contras de cada uno, pues ningún partido político ni candidato es perfecto; quien diga lo contrario miente con cinismo.
Amo mi país; lo AMO en letras mayúsculas y tengo tatuado su nombre en el alma. Quiero lo mejor para esta Costa Rica que me vio nacer, en la que recorrí tantas veces en bicicleta las calles del Barrio México de mi infancia y juventud, aquella en la que un día me gradué de la universidad que lleva su nombre y que me ha permitido abrir las alas y volar en distintos sentidos según lo he querido y la misma en la que mis hijos han abrazado la vida y comienzan a dar sus pasos como profesionales productivos y con esperanzas para el futuro.
A mi país no le ayudan los comentarios ofensivos, las llamadas a agruparse como si estuviéramos preparando una revuelta civil, ni el negarse a ver que los señores que irán a segunda ronda el 1 de abril lo hacen porque han tenido el valor de ponerse a la cabeza de sus respectivos partidos políticos para tratar de mejorar las condiciones económicas, de salud, educación, seguridad e internacionales que vivimos. Llámeme como guste; afortunadamente yo aún creo en la buena voluntad de las personas y creo que quienes están postulados para los cargos de Presidentes y Vicepresidentes en ambos partidos están poniendo alma, vida y corazón porque quieren hacer de éste un mejor lugar, cada uno desde su perspectiva personal y partidista.
No se vale, pues, serruchar el piso de la gente ni insultar a sus partidarios. No se vale iniciar pequeñas “tormentas perfectas” en redes ni poner en tela de duda a estas personas. Muchos hemos perdido el civismo que nos caracterizó antaño y me remito a los resultados del abstencionismo de estas votaciones. Hagamos patria; estudiemos lo que ambos candidatos ofrecen; entendamos sus ideas; sopesemos lo que nos gusta y lo que nos separa y votemos el 1 de abril con la tranquilidad de haber hecho la tarea que como ciudadanos nos corresponde. Feliz martes a todos.
