Soy una mujer de 26 años. Siempre he sido muy desconfiada en materia sexual. Tuve un novio con el que me iba a casar y al final me dejó. Pienso que eso me golpeó mucho emocionalmente. Por eso no deseo tener relaciones sexuales por un tiempo. Una amiga me dijo que usara un consolador vaginal, pero el resto de mis amigas dicen que es perjudicial, más cuando se usa a menudo, porque me va a agrandar la vagina.
Siempre nos gusta recordar que los vibradores, consoladores o dildos datan de antes del establecimiento de las primeras civilizaciones. Desde entonces, estos dispositivos se han creado con el objetivo de generar excitación y gratificación sexual. Ancestralmente, se consideraban coadyuvantes del acto sexual y su uso era común. En nuestra cultura han sido mal vistos, por lo cual abundan los mitos sobre los peligros de su utilización. Sin embargo, debemos recordar que casi todos los productos en venta en el mercado se confeccionan de manera muy cuidadosa, para evitar accidentes o percances. En general, están hechos de materiales flexibles y resistentes. No se quiebran ni se astillan. Tampoco propician infecciones, y la mayoría tienen diseños anatómicos que se adaptan a las características de los órganos genitales. Sus bordes son redondeados. Hay varios tipos. Los más utilizados son los anales, los vaginales y los clitorídeos. Todos los tipos suelen ser muy seguros y acarrean mínimos riesgos. Por otra parte, el uso frecuente no representa ningún riesgo, tanto en hombres como en mujeres, y no es cierto que provoque agrandamientos de la cavidad vaginal.
