La estrategia de desprestigio, ataques e insultos entre ambos no les da buenos resultados a Juan Diego Castro y Antonio Álvarez, candidatos presidenciales de los partidos Integración Nacional (PIN) y Liberación Nacional (PLN), respectivamente.
A pesar de ser quienes lideran la intención de voto para las elecciones del 4 de febrero, la más reciente encuesta de CID Gallup revela que en las últimas semanas ambos aspirantes experimentan un declive en las opiniones favorables que los costarricenses tienen de ellos.
La disminución de opiniones positivas se enmarca en semanas de ataques entre ambos y de hechos que afectan sus campañas.
Álvarez es quien experimenta una caída más significativa en las opiniones favorables. De setiembre de 2017 a enero de este año el verdiblanco cayó 18 puntos al pasar de 49 puntos a 31.
Mientras que Castro ve decrecer en 15 puntos sus percepciones positivas. En el mismo periodo el candidato del PIN pasó de 51 a 36 puntos.
“Queda claro que el fuego cruzado entre Álvarez y Castro ha dejado marca en ambos”, explica CID Gallup en el documento del sondeo.
Dice el refrán que “en río revuelto, ganancia de pescadores”. El candidato socialcristiano Rodolfo Piza se beneficia de la caída de la popularidad de Álvarez y Castro, pues entre los tres es el único que crece en opiniones positivas, al pasar de 40 a 44 puntos favorables de diciembre a enero.
DIMES Y DIRETES
Los ataques entre Álvarez y Castro son el pan de cada día en esta campaña. En entrevistas en medios de comunicación, debates y desde sus redes sociales ambos aprovechan la oportunidad para atacarse mutuamente.
A modo de ejemplo se mencionan algunos casos. En diciembre Castro acusó a Álvarez de orquestar una campaña desprestigio en su contra junto con los expresidentes liberacionistas Óscar Arias y Laura Chinchilla. Además reclamó que se trajo a colación un pleito familiar que habría tenido con su difunta madre.
Álvarez, por su parte, insiste en presentar a Castro como un populista y como una persona sin ideas ni propuestas “cuerdas”.
Además de sus pleitos personales, en los últimos días tanto Álvarez como Castro protagonizaron episodios bochornosos que les significarían opiniones negativas.
Por ejemplo, a Álvarez se le cuestionó por no verificar las cifras de empleo de esta administración. En este caso hasta el presidente Luis Guillermo Solís intervino, pues el verdiblanco dijo que el gobierno actual solo creó 2.206 plazas.
“Antes de dar cifras falsas al país, el señor Álvarez Desanti debería tener la mínima prudencia de revisar los datos”, le reclamó Solís al liberacionista.
En el caso de Castro, en los últimos días fue muy criticado porque su plan de gobierno plagió textos del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) y del plan de gobierno del Frente Amplio en la campaña de 2014. Además por sus encontronazos con la prensa.
Francisco Barahona, politólogo de la Universidad de Costa Rica, catalogó este fenómeno alrededor de Álvarez y Castro como normal, pues asegura que son los candidatos más expuestos y protagonizan una mayor confrontación a lo largo de la campaña. “Ambos se están haciendo daño”, comentó.
El experto agregó que a lo largo de estas últimas semanas se podría repetir el patrón de las elecciones anteriores, en el que el entonces candidato y hoy presidente Luis Guillermo Solís emergió en medio de los pleitos entre los excandidatos Johnny Araya del PLN y José María Villalta del Frente Amplio.
En ese sentido, para Barahona es muy probable que en las próximas semanas Álvarez y Castro se estanquen o decrezcan en intención de voto y que Piza u otro candidato empiecen a experimentar un crecimiento.
PERIODISTA: Carlos Mora
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Miércoles 17 Enero, 2018
HORA: 12:00 AM
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