Jueves 25, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Nacionales

“El fiscal general no puede manejar a su gusto los nombramientos”

Fernando Cruz, magistrado de la Sala IV:

  • El magistrado Fernando Cruz en entrevista con Paola Hernández, directora de DIARIO EXTRA.

  • Extradirecto

La polémica salida de Jorge Chavarría, exfiscal general de la República, ligada al escándalo del Cementazo, golpeó con dureza al Poder Judicial, que intenta salir de la crisis de credibilidad planteando un programa de reformas urgentes, que también tocan al Ministerio Público.

Como exfiscal general de la República, el magistrado Fernando Cruz tiene en sus manos desarrollar un proyecto de ley para la creación de la carrera fiscal, así como impulsar una serie de modificaciones con que se le pueda exigir mayor rendición de cuentas a quien ocupe el cargo de jefe en la Fiscalía.

Cruz conversó con DIARIO EXTRA sobre los riesgos de que en este momento el fiscal general prácticamente pueda realizar nombramientos a su antojo y no existan requerimientos claros para llamarlo a cuentas.

¿En qué consiste la propuesta de creación de la carrera fiscal? 

-En relación con la carrera fiscal es un tema que ya se lo había planteado a don Jorge Chavarría en el informe del año pasado, que comprobé que en realidad no había carrera fiscal, como no la hubo en el Poder Judicial hasta 1994, 1995, que cada cuatro años los jueces tenían una tómbola para ver si se ratificaba su reelección. Una de las razones por las que se introduce la carrea judicial es porque se determina que en algunos casos algunos magistrados de la época llamaban a jueces condicionando eventualmente o los interinos eran absolutamente débiles, o aun estando en propiedad. Esa fue la razón.

Usted menciona que las potestades del fiscal general se han extralimitado en algunos casos.

-La verdad es que el Ministerio Público ya es un ente grande, son 400 fiscales, además tiene potestades procesales muy importantes y es una gran debilidad que el fiscal general pueda nombrar sin convocar concursos, sin criterios objetivos y en el pasado. Creo que el fiscal tiene un principio de idoneidad de jerarquía, pero eso no significa que pueda manejar a su gusto los nombramientos. La Fiscalía debe ser con unidad de jerarquía, pero con una atomización relativa, que le permia al fiscal mantener su autonomía relativa. 

¿Es un gran riesgo el sistema actual? 

-Tanto el fiscal general puede excederse, como el Ministerio Público puede ser sometido a una dominación desde afuera, porque el de arriba controla a los 400 fiscales. Es un paso muy importante para que el Ministerio Público se fortalezca, se fortalezca la institucionalidad, y eso no le resta ninguna autoridad política porque el fiscal general puede sustituir a cualquier fiscal, pero él es el que asume el riesgo y es transparente de que es él. 

Los magistrados eligen al fiscal de la República. ¿Son sus jefes? ¿Tienen la potestad de llamarlo a cuentas? ¿Hasta dónde pueden intervenir?

-Es vital desde el punto de vista institucional que el fiscal tenga autonomía, en su decisión. En lo que no tiene plena autonomía es en dos cosas, una cuando incurre en faltas disciplinarias y otra cuando causas que están bajo su control en investigación ni se desestiman, ni se acusan. La Corte tiene un elemento de control disciplinario o tiene un control para que haya mecanismos transparentes, para que el fiscal se explique por qué una causa tiene un año, dos, tres y cuatro, que fueron sobre esas que yo le pregunté al exfiscal Jorge Chavarría.

¿Pueden sugerir sobre algún caso o pedir cuentas específicas acerca de investigaciones?

-No vamos a entrar en por qué desestimó un caso, en eso la Corte tiene vedado entrar porque no podemos confundir los roles, pero sí es un control sobre la transparencia en la que se actúa, y preguntar qué fue lo que yo hice, por qué un asunto tenía cuatro años, como uno de la Caja, o por qué no se había acusado a la exdefensora de los Habitantes, que tenía tres años de estar sin definición. Tanto que la magistrada Nancy Hernández tomó lo que yo planteé y le planteó al fiscal que hicieran estadísticas conforme a índices de transparencia, especialmente en temas de probidad, en temas de crimen organizado, etcétera. Sí es importante que el fiscal pueda ser preguntado sobre el tiempo que duran las causas. 

¿Como exfiscal general cómo cataloga el estatus del Ministerio Público?

-Muchas veces olvidamos que las instituciones dependen de las personas que las integran o las dirigen. La crisis tiene que ver con omisiones, con pasividad que hubo del fiscal general, pero eso se puede cambiar con una dirección, como la de por emergencia se puso de doña Emilia (Navas). El Ministerio Público no está en crisis, pero sí tiene amenazas. No me parece que esté en una crisis, sí en una oportunidad de retomar y fortalecer.

También buscan reformar el mecanismo de informe anual que debe presentar el fiscal general. ¿Cuáles serán esos cambios?

-A raíz de las preguntas que le hice (al exfiscal Jorge Chavarría) me percaté que el contenido del informe se podría convertir en un simple trámite burocrático y el informe debe ser una rendición de cuentas. Creo que habría que hacer unas variaciones administrativas o legales para que el informe se socialice a una gran cantidad de organizaciones de la sociedad civil para que junto a la prensa le puedan preguntar al fiscal cómo orienta su informe y qué balance hace de las cosas. En este momento lo que se exige en el informe depende de la voluntad del fiscal y los magistrados se ven muy limitados de preguntar, yo me animé a hacer algo. Los magistrados tienen un poco de aprensión por la naturaleza del cargo que tienen.

Usted tuvo una confrontación directa con Chavarría. ¿Qué sucedió en este caso?

-En un programa radial don Jorge Chavarría insinuó que mis preguntas podrían ser una causa grave por interesarme en causas. A esto hay que tratar de darle un cambio, evidentemente creo que no tiene razón don Jorge, pero no deja de ser un punto de temor para unos magistrados, cómo es que le abren una causa por preguntar. Le pregunté en el asunto de Crucitas, quería saber por qué habían desestimado, cuáles eran los argumentos, a más de eso no va a pasar y por supuesto no me interesó el tema jurídico, sino el tema de que una organización de Canadá. En la propia desestimación se decía que no se podía saber el origen de los fondos porque la organización de Canadá no colaboró. En este tema de la corrupción, que es tan importante que haya una colaboración entre las autoridades internacionales, sobre eso tampoco se quiso referir. Me pareció que el ejercicio de preguntar con apertura se convertía en un ejercicio más bien irritante para el fiscal general. El fiscal que se elija en el futuro podría ampliar las cosas que podrían darse, hacer las estadísticas que reflejen mejor el tema del tiempo en la investigación, además podría introducirse alguna variación en el contenido del informe para que realmente sea un punto de polémica, de discusión, sin entrar en los casos en concreto.

Se teme que haya un componente político detrás de la designación del fiscal. ¿Se limitará para los nombramientos el que haya sido miembro de alguna administración política?

-En el proyecto se exige que para ciertos puestos, si ha estado ocupando cargos políticos dure un plazo de 8 o 10 años, para poder volver a tener esa posibilidad un periodo de descontaminación es una medida sana. Sí está establecido como una idea muy importante porque también puede haber una colonización política expresa de parte de los grupos políticos. El fiscal es un casi juez, tiene una función que debe estar alejado.

¿Estas propuestas requieren una reforma constitucional?

-Algunas cosas se pueden hacer sin necesidad de ley, ya se pueden implementar. Con las cosas que han pasado se va a tomar en cuenta a la hora de elegir que una persona no haya tenido puestos de militancia política. 

¿Qué opina del proceso de nombramiento de magistrados? 

-La Asamblea dura mucho porque necesita 38 votos y como hay tanto partido no se ponen de acuerdo; eso era muy funcional cuando era un bipartidismo. Lo curioso es que ahora se les ocurre plantear que no sea una elección por 8 años, sino reducirlo para tener más gente en el carrusel de a quién quieren nombrar, los partidos pequeños quieren más oportunidades para nombrar gente afín. Veo que esa reforma de que sea menos el plazo tiene una orientación distinta. ¿Qué tiene que ver que dure menos o más? Todos los jueces ordinarios tienen el nombramiento vitalicio porque es hasta que se porten mal que siguen. Los magistrados cada 8 años van otra vez a Cuesta de Moras a ver si los reeligen.

¿Se debe sacar de la Asamblea el nombramiento de los magistrados?

-El mecanismo. Tal vez debe existir un equilibrio para que sí hubiera un criterio conforme al reglamento de méritos y ahí sacar una terna. Que el reglamento no tenga trampas porque el reglamento que aplican tenía la trampa que la entrevista era un rubro gigantesco, entonces usted le ponía un cero al candidato.

En otra índole del programa de reformas la Corte propone un protocolo de conducta para los funcionarios judiciales. ¿Cómo lo valora con 45 años de experiencia judicial?

-Hay una comisión que está viendo el código de conducta y eso es muy importante, cosa que no había que explicitar mucho hace 20 o 30 años. Tengo el referente de don Ulises Odio y don Fernando Coto, que eran muy discretos, pero no se sentía como que eran de una aristocracia porque uno puede ser prudente pero no ser arrogante. Ese es el equilibrio. Me parece que en los últimos años de parte de alguien se ha perdido el tema de cierto protocolo que no tiene que ver con lo elevado del cargo, sino con lo delicado de lo que hace. Por otra parte, algo muy importante es la percepción que la gente tiene de eso. Uno a veces no se debe a solo lo que puede hacer según su saber, sino cómo lo percibe la gente. Desde otro ángulo, es muy curioso, por un lado no quieren un magistrado que sea muy distante y que no vaya a ningún lugar, pero por otro no se juzga bien cuando lo ven a uno muy cercano en círculos de poder. Entonces hay que tener la prudencia, el código de conducta es muy importante para poder introducirlo A veces uno piensa desde la propia perspectiva que esto es lo que es prudente y la gente tiene otra visión de las cosas. La gente espera ciertas cosas de un magistrado y un juez, no puede comportarse igual que un ciudadano de a pie. Es un ciudadano de a pie, pero la gente espera de un magistrado o un juez algo distinto.

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Fotos: Herbert Arley y archivo

EMAIL:

Martes 16 Enero, 2018

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA