Corazones de piedra
Editorial
Más de 200 adultos mayores podrían ser abandonados durante estas fechas de diciembre, según el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam). No solo en centros de cuido u hospitales, destaca el abandono en el propio hogar, cuando las familias salen de paseo o de fiesta y los encierran en sus cuartos, o bien los dejan cuidando las casas.
Parece despiadado, pero es real, una conducta reiterativa en el país, pues cada año son más las denuncias que reciben las autoridades del ramo por tales acciones, ni que decir de otros casos de violencia reportados.
Las cifras siguen alarmando, veamos. Entre enero y setiembre de este año se reportó al 9-1-1 un total de 3.877 casos de agresiones relacionadas con adultos mayores, cifras que se proyecta aumenten considerablemente para finales de diciembre.
1.571 de esos reportes son por violencia física, 1.383 por violencia psicológica y 196 por abuso patrimonial; es decir, les quitan el dinero que les pertenece, como por ejemplo las pensiones.
Por su parte, el Conapam atiende anualmente cerca de 1.500 reportes y cada año la cifra aumenta cerca de un 20%, lo que es verdaderamente preocupante, pues aunado a las cifras de menores y mujeres agredidos, lo cierto es que Costa Rica puede catalogarse como un país violento.
Ante semejantes números la Defensoría de los Habitantes lanzó hace menos de un mes la campaña “La indiferencia también es violencia”, que pretende hacer un llamado a la sociedad a no quedarse callada cuando sea testigo de violencia contra adultos mayores en esta época de Navidad y durante el resto del año.
Este es un país que no puede darse el lujo de invisibilizar a la población adulta mayor. Las últimas cifras revelan que 440.799 personas tienen más de 65 años y hay una proyección de 1.262.311 para 2050.
Llegar a la edad adulta puede ser una experiencia satisfactoria o bien una verdadera pesadilla. Los años no pasan en vano y con ellos llegan las complicaciones, no solo de salud sino también económicas y afectivas.
La mayoría de personas que sobrepasan los 65 años requiere algún cuido, aun cuando puedan valerse por sí mismas, la atención se hace necesaria. Quienes hoy rondan los 30 años formarán parte de las estadísticas nacionales, las cuales indican que en 35 años el 21% de la población será adulta mayor.
Fácilmente 21 de cada 100 ciudadanos sumarán más de 65 años y con ello tendrán sobre sus espaldas la hermosa posibilidad de vivir en plenitud o la espantosa realidad de ser uno más que ingresa a los centros médicos víctima de agresión.
Por día casi 17 personas acusan haber sido víctimas de malos tratos y negligencia, principalmente por miembros de su propia familia.
Cifras del Hospital Dr. Raúl Blanco Cervantes revelan que en Navidad y fin de año el promedio de abandonos aumenta un 85% y la mayoría de estos pacientes acaba en redes de cuido o asilos porque el centro médico no puede asumir su atención por más de tres meses.
Pero qué infame es una familia que sin reparo alguno olvida que aun cuando aparte a ese padre, a esa madre, a ese abuelito, su Navidad jamás será igual.
Ingentes esfuerzos deben hacer las instituciones responsables de velar por el bienestar de los adultos mayores para cumplir la ley en todos sus extremos.
No es apenas que se haga el reporte anual de agresiones y abandonos, no. Los entes con total potestad deben acusar ante los Tribunales de Justicia a quienes incumplen la normativa legal diseñada con el único propósito de aplacar y castigar a los promotores de la violencia.
La gente se ríe en la cara de la ley y no es para menos, pues son pocos los casos que acaban con sentencias serias cuando se trata de agresión contra los ciudadanos de oro.
Hemos visto múltiples casos, golpes, abusos sexuales, robos de pensiones y más, pero nunca vemos a los jueces, al Ministerio Público poner el peso de la justicia sobre los perpetradores.
Envejecer es un privilegio, contrario a lo que muchos piensan, por eso no podemos callar ante los abusos, y tal como lo señala la Defensoría, “la indiferencia también es violencia”. No seamos cómplices de hechos tan lamentables.
