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Espectáculos

Detalles del semen y la eyaculación

Mundo sexual

La eyaculación es el nombre científico utilizado para designar la salida del semen cuando el hombre alcanza el orgasmo. El semen es un líquido blanquecino y gelatinoso, popularmente llamado “leche”, aunque, de manera cariñosa y algo erótica, los amantes utilizan el diminutivo “lechita”.

Este nombre hace referencia a sus particularidades físicas: la tonalidad clara, la temperatura tibia y la salida a propulsión. El semen es de color blanco nacarado. Tiene un olor a cloro y una consistencia gelatinosa, que empieza a volverse líquida a los treinta minutos de haber salido. No debe acompañarse de sangre ni de pus.

En el semen se encuentran millones de espermatozoides, las semillas fértiles del varón, lo cual explica su enorme capacidad para embarazar. En ese sentido, es útil recordar que, desde el mismo momento de la erección, los espermatozoides ya están en la cabeza del pene (en el glande). Basta entonces con solo la penetración para que la posibilidad de un embarazo esté presente, aun cuando no se haya eyaculado dentro de la vagina.

Los espermatozoides, aunque son semillas, tienen movimiento. Esto aclara por qué muchas mujeres quedan embarazadas sin penetración, cuando el hombre simplemente “regó” su semen en los labios vaginales o en el vello púbico. 

Como hoy está en boga el sexo oral, es cardinal destacar que el semen es una sustancia muy noble para el organismo: en caso de ser deglutido, no daña la cavidad bucal, la garganta, el estómago ni los intestinos. Tampoco hay posibilidad de embarazo si se traga, pues el tubo digestivo no se comunica con los órganos sexuales. 

Entre los fenómenos más esplendorosos de la sexualidad, sin duda se destaca la eyaculación. El semen sale con una velocidad impresionante, que puede superar los veinticinco kilómetros. Esta salida no es continua sino más bien en propulsiones espasmódicas de tres a seis o más chorros, según los niveles de excitación. 

Una vez ocurrida la eyaculación, es totalmente normal que la erección se desvanezca, y debe pasar un lapso de tiempo, llamado periodo refractario, para que el hombre pueda conseguir una nueva erección y así pueda tener otra relación sexual.

El volumen total del semen eyaculado es de 3 a 5 centímetros cúbicos. Eso evidencia la falsedad de ciertos videos eróticos donde se presentan escenas de hombres que expulsan 50 centímetros cúbicos o más de semen. Son simples trucos cinematográficos con un objetivo eminentemente lúdico.

La salida del semen no debe generar ardor ni dolor. Esas características sugieren la existencia de una infección. De igual manera, el semen amarillo, oscuro, sanguinolento o con olor desagradable es indicativo de una enfermedad genital. En la mujer, el enrojecimiento, sensación ardorosa, picazón o fisuras en la vagina, cuando se expone al semen, son sugestivas de un cuadro infectocontagioso. 

El semen debe salir con un gran impulso. La gente describe esa salida como “pringando”. Cuando sale sin fuerza, como “chorreado”, muestra que la erección no es tan firme y puede estarse incubando un cuadro de impotencia. De ahí la importancia de consultar a tiempo para evitar problemas de erección en el futuro.

PERIODISTA: Mauro Fernández

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Lunes 11 Diciembre, 2017

HORA: 12:00 AM

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