Centroamérica: sin I&D no hay paraíso
La columna de Jaime Ordóñez
No hay historia de éxito en el planeta sin una fuerte inversión en investigación y desarrollo y, desde luego, sin educación competitiva. Mientras Centroamérica, como promedio, invierte apenas un ínfimo 0,17% del PIB en I&D, Corea invierte un 3,2% del PIB y Taiwán e Israel más de un 2,5%. La República Checa un 1,5% e Irlanda un 1,3%. Mientras la OCDE invierte casi el 2,0% del PIB, el promedio de América Latina es solo de un 0,6% del PIB, incluida Costa Rica, país que llega apenas a un 0,45%. Así no vamos para ningún lado.
Hay una trampa en la que ha caído el istmo centroamericano. Es creer que el desarrollo es posible atrayendo inversión extranjera, sin apostar –además– por la inversión interna, por la educación y, además, por la creación de un empresariado nacional fuerte y competitivo. Malinchistas -e incapaces de ver lo que hicieron los países desarrollados en las últimas décadas-, nuestra legislación y nuestras políticas apuestan solo por la deificación de las inversiones extranjeras, sin percatarnos que -adicionalmente- la inversión interna es vital. La dos cosas son esenciales. Apostar por políticas públicas que promuevan personas bien capacitadas y educadas. Necesitamos más ciudadanos con acceso al conocimiento, no únicamente más consumidores. Justamente lo que hicieron los países hoy desarrollados. Para ello hay que invertir en la sociedad.
Un reciente estudio del Banco Mundial demostró que las empresas ticas casi no producen conocimiento. Son simple reproductoras de manufactura ya existente; o enclaves de empresas multinacionales que maquilan tecnología producida en otros lugares. “Las compañías solo representan el 34% de gastos de investigación y desarrollo, comparado con el 65 % de los EEUU.
Costa Rica también parece tener relativamente pocos investigadores. Como una proporción de la población, emplea cerca de un cuarto del número de investigadores en investigación y desarrollo que México y el 15 por ciento en relación a Chile.
La generación de patentes (por millón trabajadores) es también baja en relación con los países de comparación, menos de 1/3 del nivel de Panamá, México, El Salvador y Uruguay”. En el resto de la región la situación es aún más grave.
Nuestros problemas no son solo de investigación sino, además, de educación. La tasa de escolaridad real en Centroamérica (niños que entran en primer grado de escuela primaria versus los que logran terminar la secundaria) es de apenas un 40%. Como resultado, el 60% de la población tiene su futuro hipotecado, amarrado a la pobreza y al subdesarrollo. Costa Rica no está mucho mejor, con una tasa de escolaridad real de apenas el 50%. La mitad se queda en el camino. En cambio, la tasa de escolaridad de Corea del Norte es casi del 90%. Por eso producen la tecnología que nosotros compramos por estos patios. Centroamérica no está entendiendo que sin educación del alto nivel y una fuerte inversión social no va para ningún lado, ni podrá competir con el resto del mundo.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 23 Octubre, 2017
HORA: 12:00 AM