El tema del sistema tarifario para las rutas de autobuses regular a nivel nacional parece tomar nuevos rumbos que empiezan a beneficiar a los empresarios, que dicen sentirse aliviados.
Esto luego de que la Junta Directiva de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) decidiera suspender por 6 meses la aplicación de la demanda implícita de pasajeros.
La demanda implícita es uno de los rubros que se utilizaban para determinar el costo de los pasajes de autobús, aduciendo que las unidades viajaban llenas en cada una de sus carreras, cosa que los empresarios aseguran no es cierto.
Según la Aresep, debido a falta de estudios sobre el número de usuarios que viajen en las rutas, se asumiría que todas las carreras de cada unidad iban en su máxima capacidad.
Dicha decisión ha sido ampliamente celebrada por distintas cámaras relacionadas con esta actividad de servicio, en especial aquellas que conforman el Comité Nacional de Crisis del Sector Transporte.
Así lo explicó Silvia Bolaños, vocera del Comité de Crisis, quien fue clara en que lo antes establecido no era una medida que se pudiera demostrar, causando únicamente perjuicios.
“No hay sustento técnico, no hay rigurosidad, la demanda implícita es una medida que distorsionaba la realidad del servicio. Desde hace 2 años estamos insistiendo que esta metodología tarifaria y ese rubro específico le estaba haciendo un daño enorme a la calidad del servicio”, dijo.
INFORMES EXTERNOS RESPALDAN DECISIÓN
Los temores de los autobuseros no son infundados, pues además de los estudios que ellos manejan, otros dos informes respaldan que el sistema y muchos de sus rubros son nocivos para los empresarios.
Esto se sustenta específicamente en estudios realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la empresa Deloitte, los cuales analizaron a fondo el nuevo modelo utilizado por el ente regulador.
Deloitte, en el “Informe sobre el Análisis de la Metodología de Fijación Tarifaria Ordinaria para el Servicio de Autobuses”, concluyó que dicho factor conlleva el riesgo de sobre o subestimar la cantidad de pasajeros.
Por lo que se recomienda hacerlo mediante la realización de un trabajo de campo, ya que hay una serie de variables que inciden en la cantidad de pasajeros que efectivamente se transportan.
Mientras tanto el BID, en el “Diagnóstico de la Metodología” y que fue realizado a petición de Aresep, señala que el cálculo tarifario se debe sustentar siempre en datos reales, no en información obtenida con base en suposiciones o presunciones.
En este hace referencia y establece que en el tema de demanda y fijación tarifaria algunos procedimientos como demanda implícita no se consideran apropiados.
QUIEREN SUSPENSIÓN DEFINITIVA
Aunque en estos momentos el rubro de la demanda implícita no se utilizará por seis meses, los autobuseros desean que se elimine del todo para nivelar poco a poco los problemas que han vivido en los últimos meses.
Bolaños fue clara en que la suspensión es un primer paso para que la crisis que les aqueja actualmente pueda ir disminuyendo, por lo que insistirán en el retiro de la medida de una vez por todas.
“Mantenemos nuestra solicitud para que esta suspensión tenga un carácter definitivo, no hay nada que sostenga que este rubro, no hay fundamentación de tipo técnica que los justifique”, finalizó.
El descontento con los autobuseros nació cuando en marzo del año anterior se publicó en La Gaceta la “Metodología para Fijación Ordinaria de Tarifas para el Servicio Remunerado de Personas, Modalidad Autobús”.
Este solo toma en cuenta gastos relacionados con la prestación del servicio, dejando por fuera rubros como el mantenimiento o los trabajadores administrativos, entre otros, lo que hace que las arcas no den abasto para mantener el negocio.
Aresep ha sido clara en que esto sucedió debido a que nunca se dieron argumentos concretos de por qué el modelo estaba malo, que solamente recibían denuncias sin la presentación de datos o propuestas concretas.
Al mismo tiempo, sostienen que al momento de correr los análisis de los casos (durante las simulaciones se trabajaron entre 200 y 300 rutas), los resultados eran más suaves en la mayoría.
