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Opinión

El hábito de racionalizar

Marvin Obregón A.* / [email protected]

La racionalización es un mecanismo de defensa que el psicoanálisis ve como una elaboración de la narración que hace el paciente, mediante la cual se está ocultando la motivación que lo llevó a ejecutar un acto; es una estrategia inconsciente que usa el sujeto para no conectarse con sus sentimientos, deseos ocultos, que por alguna razón no puede confesarse a sí mismo/a y que le genera cierta angustia o dolor.

Esto obviamente ocurre también en las interacciones cotidianas de la vida y no solo en la relación terapeuta-paciente.

Por ejemplo, imaginemos el escenario de una pareja cuyo novio llega por ella al trabajo, pero ella no está muy motivada en salir con él. “Se retrasa” más tiempo que el acostumbrado, cosa que él echa de ver. Cuando le pregunta por qué duró tanto en salir, simplemente le esgrime cualquier argumento, como por ejemplo que no encontraba su lápiz labial o cosa parecida y adorna su discurso con frases encajadas, rebuscadas, que no vienen al caso, pero jamás le confesará sus verdaderos sentimientos. Lógico, si el novio es algo “vivillo” va a notar o a presentir (porque se ve en lenguaje no verbal) que su pareja le está mintiendo. Es ahí en donde quizás vendrán los problemas por una “no comunicación” o comunicación inadecuada.

Otro ejemplo de cómo racionalizamos sería el caso de un joven que va a una fiesta y comenta (quizás ante la insistencia de la persona que lo acompaña o que sus amigos le instan a hacerlo) que no quiere ir a bailar porque se suda, pero lo que realmente sucede es que no sabe bailar y teme hacer el ridículo. En el presente caso no habría racionalización o negación de la realidad, si el supuesto joven dijera realmente a sus amigos o su compañera que no sabe bailar y punto.

El cuestionamiento que cualquiera se hará o refutará es que no siempre estamos obligados a expresar nuestros sentimientos y en eso hay mucha razón, pero no toda. Lo que ocurre es que todo tiene un equilibrio y lógico que dependiendo si media algún riesgo importante, no conviene decir siempre la verdad.

Lo que pasa es que sostener una relación con base en engaños o actitudes solapadas a la postre va a generar “muros-aislantes” que empobrecen o fisuran la relación y porque esa manera de proceder está gestando desgaste emocional a las partes.

¿Qué recomiendan los psicólogos al respecto?

La psicóloga Jennifer Delgado en su sección El Rincón de la Psicología (Delgado 2017.p.1) nos dice que en algunas ocasiones el lidiar con la vida puede resultar tensionante y por supuesto que en algunos casos dichas realidades pueden desbordar las capacidades y recursos psicológicos propios a nivel de nuestro yo consciente.

Es aquí en donde, ante esas circunstancias, ponemos en juego este u otro tipo de mecanismo de defensa para resguardar nuestro equilibrio psicológico y con el objetivo de evitar una perturbación mayor.

Como vemos en los casos anteriores, el retraso de la novia y el joven que no quiere bailar son reales, pero en sí no son los motivos por los cuales estas personas no logran la meta o la felicidad. Lo que pasa es que los argumentos que estas personas se brindan a sí mismas son racionales y logran convencerlas, pero evitan que reconozcan su incapacidad para lograr el objetivo específico: una que no quiere salir con su novio y no se atreve a decirle la verdad y el otro que no sabe bailar pero quisiera aprender a hacerlo.

El problema con la racionalización es que funciona como un mecanismo de disociación, donde el sujeto establece una distancia entre lo “bueno” y lo “malo”, con el objetivo de eliminar su inseguridad o tensión emocional. Logra adaptarse al medio, pero no exactamente resuelve su conflicto interior, ya que no está enfrentando la realidad y la causa verdadera del problema. Esta no resolución interna seguirá presentándose en otros escenarios; he ahí el problema.

El asunto con los mecanismos de defensa, nos dice Delgado, no solo se muestran en las personas con signos de personalidad neurótica sino también en las personas “normales”. Quiere decir con ello que cualquiera de nosotros podría presentar algún tipo de mecanismo de este tipo sin que por ello se nos deba considerar con un comportamiento patológico. Lo que hace que un mecanismo presente un signo o evidencia de trastorno es la rigidez con que se manifiesta y su larga duración.

Para finalizar les digo que lo importante es distinguir entre “racionalización” y el “razonamiento”. Lo primero que debemos hacer para alejarnos de la racionalización es considerar que somos seres humanos imperfectos y que cualquier error solo nos está indicando que debemos tener más cuidado y ver bien cuando caemos en este tipo de mecanismo y corregirlo… Gratias legentibus…!


*Estudiante Psicología Grado Lic.

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Viernes 13 Octubre, 2017

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