Misiles y la crisis coreana
Lic. Roy Levell Brown
Hay países que todos los días son parte de la agenda de noticias internacionales, entre estos, ya es una rutina, tenemos a Corea del Norte; realiza su sexto y más potente ensayo nuclear, cada ensayo es una mejora en su capacidad nuclear, y no será la última. Se ha asegurado en esta nueva prueba de haber desarrollado un arma nuclear más avanzada que tiene una gran potencia destructiva, solamente queda montarlo en un misil balístico intercontinental y después veremos los resultados. El líder norcoreano, Kim Jong-un, está encaprichado en que su país sea reconocido como una potencia nuclear.
Este régimen tiene un sistema comunista totalmente hermético y sigue la política Songun, o militar primero, con el mayor número de personal militar y paramilitar, con un total de 9.495.000 activos y reservas. Su ejército en servicio activo, de por ahí de 1,21millones, es el cuarto más grande en el mundo, después de China, los Estados Unidos y la India. Su población, más de 25 millones de habitantes, es un Estado ateo donde la religión pública no se recomienda.
Después de cada ensayo nuclear, vienen las protestas. Los Gobiernos de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos condenaron con firmeza el sexto ensayo nuclear llevado a cabo por Corea del Norte, y lo acostumbrado de siempre: solicitan una nueva reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. También China, el principal aliado del régimen norcoreano y Rusia, el otro, condenaron la prueba nuclear. Es curioso, China, el principal apoyo económico, no está haciendo nada por apaciguar las cosas. Los chinos tienen un temario: no involucrarse en los asuntos internos de otra nación mientras no les afecte sus bolsillos. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, con su doble discurso, expresó que este problema solo se puede resolver mediante las negociaciones y el uso activo de medidas políticas y diplomáticas.
Parece que a este líder norcoreano no lo asustan los sobresaltos en la ONU, el enojo de sus vecinos, las críticas de la comunidad internacional, las sanciones económicas, ni lo que digan los demás; él sigue adelante con su programa nuclear, aunque el mundo puede llegar a la catástrofe. Este bravucón está buscando con quién poner a prueba su arsenal de guerra, pero él y su pueblo no están tomando en cuenta la capacidad militar del adversario ni las consecuencias colaterales. Usa el recurso propaganda para demostraciones de su equipo bélico, espectaculares desfiles, iconografías militares, entre otras cosas. Está interesado en hacer llegar un misil balístico intercontinental a territorio norteamericano, bueno, un presidente impredecible como Donald Trump, no sabemos qué puede pasar. Como dicen; subestimar el poder militar de los EE.UU. para una guerra interestatal sería más que imprudente y falto de intuición.
Argumenta el dirigente norcoreano que se arma como una medida de autodefensa contra la amenaza gringa. En lugar de estar ensayando misiles debería sopesar el armamento estratégico norteamericano en la península, que incluye portaaviones, submarinos y aviones con capacidad nuclear. La Casa Blanca ha manifestado que, dentro de las posibles opciones a la crisis norcoreana, inclusive, está la respuesta nuclear, eso sería una retórica peligrosa en la península coreana.
