Las vitaminas comprenden sustancias necesarias para el funcionamiento del cuerpo, de ahí la necesidad de consumirlas continuamente.Alimentos como el huevo, los cereales y los lácteos son considerados entre los más completos por su alto contenido vitamínico. El metabolismo, la formación de los dientes y la obtención de energía, entre muchas otras funciones vitales, dependen de ellas.
A: Ayuda a la formación y al mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y la piel. Produce los pigmentos en la retina del ojo, promueve la buena visión y puede ser requerida en la reproducción y lactancia.
Fuentes alimenticias: Huevos, carne, leche, queso, crema de leche, hígado, riñón, aceite de hígado de bacalao. Todas estas, a excepción de la leche descremada, tienen alto contenido de grasa saturada y colesterol.
B12: Importante para el metabolismo, ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema nervioso central.
Fuentes alimenticias: Huevos, carne de vaca y aves, mariscos, leche y derivados.
B6: Ayuda al sistema inmunitario a producir anticuerpos necesarios para combatir enfermedades; favorece el normal funcionamiento de la función neurológica y la formación de glóbulos rojos. Ayuda a descomponer las proteínas.
Fuentes alimenticias: Nueces, legumbres, huevos, carne, pescado, granos integrales, panes y cereales.
B1: Colabora a las células del organismo para convertir carbohidratos en energía. Esencial para el funcionamiento del corazón, los músculos y el sistema nervioso.
Fuentes alimenticias: Panes fortificados, cereales, pasta, granos enteros, carnes magras (especialmente cerdo), pescado, granos secos, y semilla de soja.
B3: Interviene en el funcionamiento del aparato digestivo, la piel y los nervios. Importante para la conversión de los alimentos en energía.
Fuentes alimenticias: Productos lácteos, carne de aves, pescado, carne magra, nueces y huevos. Las legumbres, al igual que los panes y cereales enriquecidos, también suministran algo de esta vitamina.
C: Se requiere para el crecimiento y reparación de tejidos en todo el cuerpo. Esencial para la cicatrización de heridas y reparación y mantenimiento de cartílago, huesos y dientes. Previene el envejecimiento prematuro de las células y la aparición de cáncer, cardiopatía y artritis.
Fuentes alimenticias: Frutas y jugos de cítricos, fresas, tomates, brócoli, papa, melón, mamón, repollito de Bruselas, coliflor, repollo, frambuesa, arándanos y piña.
D: Además de facilitar al cuerpo la absorción de calcio, la vitamina D también permite mantener la cantidad adecuada de calcio y fósforo en la sangre.
Fuentes alimenticias: Productos lácteos, pescado, ostras, cereales enriquecidos, margarinas.
E: Antioxidante que protege el tejido corporal del daño causado por los radicales libres. Vital en la formación de glóbulos rojos y ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K. En niveles bajos, puede proteger el corazón.
Fuentes alimenticias: Germen de trigo, maíz, nueces, semillas, aceitunas, espinacas, espárragos, aceites vegetales de maíz, girasol, soja, semilla de algodón.
K: Sin ella, la sangre no coagularía. Ayuda a mantener los huesos fuertes durante la vejez.
Fuentes alimenticias: Repollo, coliflor, espinacas, cereales, soja y otros vegetales. Es elaborada por las bacterias que recubren el tracto gastrointestinal.