A cuatro años de acogerse a su jubilación, Norma Granados afirma que su gran anhelo como profesional es dejar huella y no cicatrices en sus alumnos. Desde hace dos años es directora de la Escuela Las Lomas, en Buenos Aires de Puntarenas, donde se esfuerza por trabajar en equipo con su personal docente y administrativo para obtener los mejores resultados de sus 255 alumnos.
“Mi primera experiencia en una escuela fue en la de Villa Hermosa, en agosto de 1986, cuando hice una incapacidad. Me tocó caminar por charcos y barro porque en esa época no había las comodidades de ahora y nunca olvidaré la escuela indígena Las Delicias de Cabagra porque fue ahí donde alcancé mi propiedad”, recuerda con nostalgia. Entre sus anécdotas están las travesías por el río Térraba, cuando debió cruzarlo en panga porque estaba crecido y hacerlo significaba poner su vida en peligro, pero debía hacerlo para cumplir con su deber.
A esta educadora le tocó vivir la transición de la educación tradicional a la era digital, cuando había que cambiar los libros de planeamiento por computadoras, y considera que no ha sido fácil, pero los medios digitales facilitan la labor educativa a los docentes.
“Antes todo era a mano. Mi letra se la debo a mi maestra y aprendí a trabajar en la pizarra, no hacía copias y los aprestamientos con los estudiantes los hacía con cosas naturales como hojas, palitos y ramitas que cogíamos del patio o jardín de la escuela.
Aunque al final comencé a usar carbones que les repartía a los alumnos, pero todo hecho a mano”, subraya Granados, quien está casada desde hace 27 años con Wilbert Morera, quien labora como director regional de Grande Térraba y con quien tiene cuatro hijos, uno de ellos también docente.
PRIMER SALARIO
Entre sus recuerdos está la figura del pagador, quien era la persona más esperada a fin de mes porque se encargaba de repartir los giros, que eran tarjetas con huequitos que indicaban cuánto le pagaban a cada educador.
“Si el pagador se nos pasaba había que ir hasta San José porque no había posibilidades de retirarlo (el pago) en ninguna oficina cerca de los centros educativos. Mi primer salario fue de ¢11 mil”, detalla.
En sus 31 años de servicio a la educación hay estudiantes que le expresan su gratitud, tal es el caso de Keylor, quien fue su alumno de la Escuela El Peje de Volcán, en Buenos Aires de Puntarenas. El menor se convirtió en ingeniero ambiental y a través de mensajes se mantiene en contacto con su maestra de V y VI años, a quien reitera su agradecimiento.
“He tenido que caminar sola por lugares peligrosos, barreales, así como el río Grande de Térraba durante el huracán Juana, pero lo más difícil que tuve que enfrentar es la mala intención de personas que deseaban hacerme daño porque no les caí bien y tomaron el camino de hacerme la vida imposible”, detalla Granados, quien agrega que vivió una dura experiencia en 2015, cuando fue acusada por otras docentes ante Régimen Disciplinario del MEP.
En ese tiempo Granados, quien laboraba en la Escuela San Martín, enfrentó las acusaciones con valentía porque sabía que no tenían fundamento y aunque desarrolló problemas de salud por sus niveles de azúcar, la presión arterial se le disparó y padeció hasta de vértigos, también descubrió que en los momentos difíciles la familia es la fuerza que la impulsó a enfrentar ese reto.
Al igual que ella, sus hijos y su esposo también sufrieron por las acusaciones que le hicieron en 2015, pero logró superarlas y asegura que la directora que estaba en San Martín quedó ahí y ella se convirtió en otra persona al frente de la Escuela Las Lomas, donde recibió el apoyo del personal, que le permitió levantar su ánimo.
“Fui absuelta por Disciplinario de todo lo que se me acusó porque de lo que se me acusó fue precisamente por hacer mi gestión de manera correcta y a muchos no les gustaba porque les pedía los planeamientos, las colaboraciones para el servicio de comedor y por pedirle a una compañera que vistiera con decoro, como establecen nuestras reglas”, agrega.
Por último, Granados asegura que el docente debe tener amor y vocación por lo que hace, pues de lo contrario se equivocó de profesión y no dejará huellas sino cicatrices en sus alumnos.
CENTROS RECORRIDOS
Escuela Villa Hermosa
Escuela Las Delicias de Cabagra
Escuela Doris Stone
Escuela Curré
Escuela El Progreso de Cajón
Escuela de Ujarrás
Escuela El Peje de Volcán
Escuela San Martín
Escuela Las Lomas