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Opinión

¿Inusuales casualidades o curiosas coincidencias?

Editorial

Dos momentos nos inspiran cierta malicia indígena. De esa que nos caracteriza como el Diario del Pueblo. Dos episodios políticos que, por sus escandalosas implicaciones, jamás podríamos obviar, aun cuando el Ejecutivo los pretenda incluso olvidar.

Es por ello que, prevenidos de la operación despiste que se podría estar ensayando desde la mentada “Casa de Cristal”, una vez más, subrayamos lo que a muchos nos parece obvio, pero a otros, quizás no tanto. 

Nos llama la atención, por decir lo menos, junto a muchos costarricenses despabilados que siguen las noticias políticas, que en dos momentos críticos para esta administración Solís Rivera, se haya recurrido a implantar anuncios de envergadura tal, que se lograra desviar completamente la atención pública. 

Y como mucho se ha dicho sobre la corta memoria política del costarricense, considérese este editorial a contramarcha, un aporte a la conciencia cívica y ya no solo un reproche comunicacional, a la vez que ciudadano. 

El primer escándalo que sorteó Zapote, sobreponiendo artificialmente otro tema, fue el famoso “Affaire Brasil”, que es como curiosamente bautizó el propio ministro de Información, Mauricio Herrera, el episodio protagonizado por el presidente Solís y sus subalternos, Manuel González y Juan Carlos Mendoza, en la ONU. Sin percatarse, el flamante Ministro de Información, en aquel momento, que con esa denominación antojadiza, le hacía un flaco favor al Gobierno, imprimiéndole un aura de oscurantismo e incorrección, propio de cualquier “affaire”, a tan triste fallo de la diplomacia tica. 

En esa ocasión, ni Manuel González ni Juan Carlos Mendoza, máximos corresponsables de lo que pasa en la ONU, supieron defender, el que hubiera aconsejado o en su defecto permitido, que el presidente Solís se embarcara gratuitamente, al implicarse en una escena melodramática que le hacía un feo al presidente de Brasil, Michell Temer. 

Ya estando en alitas de cucaracha el ministro González, que apenas resistió su paso por el Plenario Legislativo donde le llovió por tanto yerro diplomático durante su deslucida gestión, y más que calladito el embajador Mendoza que desde Nueva York dejó a sus jefes solos lidiando con semejante berenjenal que les esperó a su regreso a San José, apareció como providencial, un anuncio que para un país pequeñito como el nuestro, era una lápida a prueba de balas: ¡Costa Rica postularía a una Figueres para la secretaría general de la ONU!

A partir de ese anuncio gigantesco, en el que no escasearon los selfis en el teatro que se armó para presentar una candidatura por demás tardía y obviamente cuesta arriba, hablar mal de la Cancillería y su gris jerarca, equivalía a meterle palos en la rueda a la que, por otro lado, era una esperanzadora y por decirlo así, bonita candidatura para todo el país.

El “Affaire Brasil”, que mantuvo por semanas en vilo al canciller, el embajador y el presidente, fue borrado del mapa de un zarpazo. Y ello a partir del atrevimiento de doña Cristiana Figueres, que, por lo demás, a todos nos alegró, pero a nadie más que al Gobierno desde luego. Tanto por representarle una bocanada de aire fresco, por no decir que de oxígeno, ya que, desde el anuncio rimbombante de dicha candidatura, no se habló más de la metida de patas mayúscula que habían protagonizado, nada más ni menos, que nuestro Jefe de Estado, su canciller y su embajador. Quienes, es de suponer, respiraron hondo cuando el país pasó la página y se enfiló detrás de alguien tan admirado, respetado y querido, como doña Cristiana, cuyos quilates y sana intención, nadie puso ni pondrá en duda. 

Sin duda, haciendo recuento de los daños, el principal beneficiado con aquella candidatura, por no decir que el único, fue el Gobierno. No así, muchas otras candidaturas que, junto a la de Figueres, se han ido perdiendo, una tras otra, en el seno de la ONU, durante la presente gestión, con Juan Carlos Mendoza como embajador. 

¿Tendrá eso algo que ver con Brasil? Dicho más en Extradirecto: Será que el gran Brasil le ha estado pasando a Costa Rica la factura de aquel mal gesto en la ONU, por su desatino e imprudencia diplomática, al hacerle semejante “escenita”, nada más ni menos que al Presidente del país más poderoso de América Latina. ¿Será que alguien en su sano juicio, pensó en algún momento, que Brasil dejaría a Costa Rica impune, en vez de pasarle la factura desde Itamaraty, como el principio de reciprocidad, que es la regla diplomática de oro, indica en estos casos, ayer, hoy y siempre?

Pero ahí no termina la opereta. Hay un segundo escándalo que acaba de acallarse, pasando la página forzadamente a partir de un anuncio sonoro que, en boca del propio Presidente de la República, volcó a la opinión pública y le salvó nuevamente la tanda a la administración Solís Rivera, sumida en medio de una fuerte crisis de opinión. 

Hasta hace unos días y durante varias semanas, el tema no fue otro y no podía ser otro, que el “Cementazo”. 

La ordalía de pruebas, la cantidad y calidad de los presuntos embarrados, es tal, que si por la víspera se saca el día, en este caso, estaríamos en presencia de un hecho que le terminaría de restar todo argumento de transparencia e integridad a la presente Administración, arrebatándole incluso la bandera de la ética al partido de Gobierno, fundado, justamente, sobre las bases de la recuperación ética de la política. 

Por más esfuerzos para tranquilizar a la opinión pública y a la oposición, incluido un mensaje presidencial defendiendo a un empresario en particular, cosa por lo demás bastante atípica o al menos no vista muy regularmente en nuestro país, es lo cierto que del “Cementazo no se dejó de hablar, sino hasta que el Presidente Solís anunció al país que estamos al borde del default financiero, vista la crisis de liquidez que enfrenta el gobierno central por el exceso de gastos frente a lo exiguo de los ingresos. 

Estos dos casos, sobre los que fundamos nuestro recuento, no son los únicos. Posiblemente hay más para nuestros lectores de ojo más avizor. Pero es lo cierto que hablan por sí mismos y se bastan para evidenciar, que estamos ante dos inusuales casualidades, o si no, al menos, ante dos curiosas coincidencias.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Sábado 12 Agosto, 2017

HORA: 12:00 AM

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