Tengo una hija de 16 años. Desde que desarrolló, ella comenzó a presentar un acné muy fuerte. Le salen espinillas en la cara, en el pecho y en toda la espalda. Algunas le duelen mucho. Por eso la llevé al dermatólogo y le mandó unas pastillas, pero cuando las fuimos a comprar en la farmacia me dijeron que son pastillas anticonceptivas. Mi esposo se enojó mucho y no sabemos si el doctor se equivocó.
El acné suele ser considerado, en el ámbito popular, como una manifestación normal de la etapa de la juventud y la adolescencia. Hoy sabemos, por el contrario, que el acné realmente es una enfermedad y que, además, las molestias pueden generar problemas en la autoestima, sobre todo en etapas tempranas de la vida. Recordemos que, si no se tratan a tiempo algunos tipos de acné, pueden provocar daños permanentes en la piel, con cicatrices o marcas difíciles de disimular, y en algunos casos hasta afean el rostro.
Como se entenderá, por ser una enfermedad característica de la juventud, es importante que los padres comprendan la importancia de consultar, para poder instaurar el tratamiento cuanto antes y así evitar deformidades y marcas faciales. Por otra parte, las pastillas anticonceptivas son medicamentos con diversas funciones más allá de su rol anticonceptivo. Algunas de ellas tienen un efecto muy beneficioso en la piel y, por ese motivo, se utilizan en el tratamiento de muchos cuadros de acné. Esto puede originar cierto grado de incertidumbre en los padres. Por eso, siempre se les debe informar que estas pastillas anticonceptivas son muy usadas en mujeres jóvenes, aunque no tengan vida sexual.
