Diario Extra - 'Con un sexo de película porno me conquistó'

CONSULTA: Estimado Profesor Corazón, hace mucho pensaba escribirle pero no había tenido la oportunidad de hacerlo hasta ahora.

Hace un tiempo leí la carta de un señor que le escribió a esta sección, creo que se llama don Ismael, quien le dijo que para su mala suerte solo se ha topado con mujeres materialistas que le preguntaban cuánto ganaba, si tenía fincas, cafetales, casa en la playa, carro, ahorros, etc.

Usted muy cortésmente le contestaba que no las culpara por ser así y que eso se debía al interés de las mujeres en asegurarse una estabilidad futura.

Pues bien, hoy le cuento lo que me pasó a mí, algo parecido o quizá peor que a don Ismael. Hace un tiempo conocí a una mujer muy bonita e interesante, pero resulta que ella vivía pendiente de averiguar sobre mis finanzas, si tenía cuentas en el banco y cuántas tarjetas manejaba, si eran de crédito o de débito, si el carro estaba a mi nombre, en fin.

El caso es que ella muy sutilmente y poco a poco me fue sacando información sobre mis bienes, que no son muchos. Uno todo inocentón al principio se va de bruces y no mete ni las manos, creyendo que ese interés es amor uno no cuestiona nada, pero luego se va llevando las sorpresas.

Reconozco que ella fue muy inteligente, con dulces palabras de amor susurradas al oído me envolvió como un bebé y con un sexo de película porno me conquistó. Le creí todo y nunca me di a la tarea de averiguar su enredada vida hasta que ya era muy tarde y el sentimiento de amor, al menos de mi parte, ya había aflorado.

Tardó que empezara a vivir con ella para que empezaron a salir sus cuentas, me enteré que la mujer estaba ahogada en deudas con tarjetas de crédito y todo lo que se le pueda ocurrir, que debía hasta los hilos que usaba.

Un día sacando cuentas me dijo que por encimita debía aproximadamente ¢9,5 millones y con un salario de ¢420.000 al mes, más lo que le rebajan de la Caja, el Banco Popular, un almacén de electrodomésticos y lo que le daba a la mamá para que le cuidara al chiquito que tiene allá en Limón es muy poco lo que le quedaba para pagar una deuda que crece como la espuma.

Profesor, se preguntará usted qué pasó después. Bueno, le cuento. Ella me ha arrastrado al borde del abismo con todos sus enredos y me siento desesperado al ver que no solo cargo con mis problemas sino que por más que trato de ayudarle no lo logro porque es tal el desorden en sus finanzas que no sé qué hacer ni por dónde empezar.

Profesor, a veces me desespero, entro en crisis y no sé si realmente ella me quiere o solo me ve como su tabla de salvación. No sé qué hacer ni cómo salir de todo esto, para peores todavía la amo y de verdad me gustaría ayudarle, pero sé que está bien complicado.

Ahora hace poco me dijo que quiere traerse a la mamá y el niño porque allá donde viven es muy peligroso, que a cada rato hay balaceras y matan gente por asuntos de drogas.

Creo que si se los trae para San José ahí sí es cierto que el barco termina de hundirse porque prácticamente me tocaría a mí solo cubrir todos los gastos de la casa y velar por la manutención de los cuatro.

Profesor yo sé que usted para todos tiene una respuesta y un buen consejo, por eso quisiera que me diga cómo proceder en un caso como este, en que uno entrega su corazón enamorado a alguien que en la promesa de un amor sincero solo ve la posibilidad de salir de sus problemas económicos.

Le agradezco su tiempo y de nuevo lo felicito por su columna y sus estupendos consejos. Se despide atentamente, “Sagitario en apuros”.

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