En un operativo antidrogas que realizaron soldados del Ejército de Nicaragua, una de sus unidades logró incautar una camioneta tipo Van, color verde, sin placas, en cuyo interior había 16 sacos que contenían 405 kilos de cocaína que salieron de Costa Rica.
El vehículo traspasó la línea fronteriza, donde los tentáculos del cartel se preparaban para recibir la droga que transportaba el carro, pues según las autoridades, por día pasan 400 kilos de cocaína por dicho sector.
Mediante un comunicado de prensa, el ejército nica manifestó que como parte de la estrategia de Estado “Muro de Contensión” realizó la operación en el sector de El Ostional en Rivas, donde no dejarán pasar ningún tipo de estupefaciente.
Lo anterior es parte de una realidad que conviven narcos y policías, periodistas y ciudadanos. La cara del negocio que puede desangrar al que ve, al que habla, al que vigila, al que mata o al que trafica; a pesar de esas muertes el movimiento de la droga no cesa.
Según los antidrogas, siempre hay gente vigilando, en todo el trayecto se custodia la carga para que nada los detenga y el convoy pueda seguir su camino con normalidad. Pasan informando por dónde van, existe nerviosismo, sus celulares suenan constantemente.
Los narcos extreman las medidas de seguridad, en cuanto más cerca de la frontera los riesgos aumentan, cualquier error pondría en peligro muchas vidas y mucho dinero, es un goteo sin fin.
El cartel de Sinaloa es un imperio que mueve toneladas de droga por mes; operan sicarios, transportistas, informantes, armeros y burros, según la policía; sus redes abarcan 50 países de los 5 continentes, en lo que catalogan un viaje sin vuelta atrás.
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Jueves 27 Abril, 2017
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