La situación se pone cada vez más sangrienta

Editorial

El jueves nos despertamos con la triste noticia de la muerte de un adulto mayor y un niño de apenas siete años a manos de un familiar, el joven que al parecer cometió el crimen es hijo y tío de las víctimas, situación que pone los pelos de punta.

Muchos aún no entendemos qué pasó y aún menos encontramos explicación de las razones que lleven a una persona a acabar con la vida de sus familiares de manera tan cruel. Aparentemente la combinación de problemas mentales con el uso de drogas fue lo que motivó este suceso que tiene de luto no solo a una familia sino a toda una comunidad.

Además del asesinato, hay algo que tiene aún más molestos tanto a los vecinos de este barrio como a los costarricenses en general, y es que el joven quien aparentemente perpetró el crimen no irá a prisión sino a un centro especial para personas con enfermedades mentales que tienen conflictos con la ley.

Este tema tiene a más de uno con el hígado en la mano y es entendible, pues todos consideramos que quien comete un crimen debe pagar por ese acto, pero al ir a la cárcel correrían peligro los otros presos pues quedó demostrado que se trata de un muchacho violento incapaz de dominar sus impulsos.

Por su mismo comportamiento o por el crimen que cometió, puede ser que sus compañeros de celda por represalia decidan hacerlo pagar dentro de la prisión, lo cual como personas civilizadas tampoco queremos que suceda.

A pesar de que muchos están en desacuerdo con la decisión del juez, al menos en esta ocasión no lo dejaron libre para evitar otra eventual desgracia, pues ante no se sabe de qué puede ser capaz este joven de apenas 20 años.

Este crimen pone en evidencia una vez más como las personas no prevén las consecuencias de sus violentos actos, pues este veinteañero posiblemente tendrá que pasar la mayor parte de su vida tras las rejas o en un centro para enfermos mentales.

Al haber acabado con la vida de su padre y la de su sobrino, es difícil advertir cuál será la actitud que asumirá su familia, pues así como puede que lo acompañen en el proceso y le brinden ayuda, también existe la posibilidad que le den la espalda y nadie se preocupe por él.

Los homicidios ocurridos en los últimos años nos demuestran que algunas personas no tienen la noción del respeto de la vida, ya que al parecer, para ellos matar es como un deporte.

Lo más grave de esta situación es la manera como se están dando estos asesinatos, pues cada vez son más sangrientos. Prueba de ello son las recientes matanzas en Matapalo y Liberia, donde en pocos minutos se truncó la vida de varias personas ante el arranque de locura e ira de los criminales.

Es lamentable ver como nuestra sociedad se enfrenta cada vez más a actos de delincuencia como bajonazos, asaltos y de narcotráfico, sino que ahora los asesinatos parecen estar a la orden del día y tristemente son cada vez son más violentos.

Como sociedad tenemos que poner las barbas en remojo, pues no podemos permitir la deshumanización, ahora ya casi nos da lo mismo si se trata de un muerto o de diez, hay una preocupante pérdida de sensibilidad humana que no es propia del ser costarricense. Aquellos hechos que ayer nos parecían lejanos hoy lamentablemente son parte de nuestra realidad.

Debemos ponernos la mano en el corazón, no puede ser que cada día nos estemos haciendo más insensibles ante la desgracia de nuestros semejantes. Como ciudadanos responsables debemos estar atentos para advertir a las autoridades o denunciar sobre aquellos hechos delictivos que se están gestando ante nuestras propias narices. No permitamos que la paz y la tranquilidad de este país bendecido por Dios se nos vaya de las manos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 24 Abril, 2017

HORA: 12:00 AM